El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Editorial
(La Universidad de Panamá debe evaluar el destino de la escuela de historia).
El Órgano Ejecutivo por medio de nota DS 0013- 2022, dirigida a la Asamblea Nacional, vetó por inconveniente e inexequible el Proyecto de Ley 638, que regulaba la profesión de historiador. Al leer el veto del Ejecutivo, nos damos cuenta de que existe poca información, por no decir, ignorancia, sobre la profesión de historiador, la cual es considerada como algo que cualquier ciudadano puede ejercer de manera profesional. Bajo este concepto errado del Ejecutivo, no tiene sentido de que siga existiendo la escuela de historia de la Universidad de Panamá, porque cualquier panameño puede ser considerado idóneo para ejercer esta profesión, aún, si no saben leer, ni escribir.
El Proyecto vetado, le rinde pleitesía a las élites de historiadores de Panamá, que adulan de forma permanente a los mandatarios de turno, porque les publican sus obras, los financian y les patrocinan viajes cada año al extranjero. A todo ello, hay que agregar, que estos historiadores de las élites, ocultan la verdadera historia nacional, circunscrita en las luchas populares, con sus héroes y mártires.
Con este veto, queda enterrada la profesión de historiador, y cómo mencionamos, de ahora en adelante cualquiera es idóneo, incluyendo, brujos, charlatanes y echadores de cuentos en parques y cementerios.
El Proyecto de Ley, cabe mencionar, no impedía, que panameños o extranjeros pudieran escribir historia. Lo que restringía es, que, al desempeñarse la función de manera profesional, ese ciudadano tuviera en posesión un título universitario, igual, como se da con las carreras de ingeniero, abogado, médico y sociólogo entre otras.,
Sabemos que, hubo mucha presión por parte de Fundaciones y Museos, regentados por clanes de la oligarquía para vetar el Proyecto, dado que a estos grupos les conviene tener en sus museos a gente no idónea y pagarle una guayaba, sin importar que distorsionen la historia y que escriban adulaciones por dinero.
Desde hoy, la profesión de historiador ha sido sepultada, para darle paso a los no idóneos. De esta forma se disminuye el sentido histórico y le damos paso a la ignorancia y el oscurantismo.
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