Cuento corto.
Autor: Ramiro Guerra M.
Al capitán Arsenio, la edad, muchas décadas vividas, lo encontró como a su barco, igual de viejo. Ese día salió hacia el mar, sólo, sin marinos.
Se adentró en el mar; esta vez con su única compañera, doña soledad; eso no lo atormentaba.
Sentado sobre la cubierta, sintió que el fin llegaba. La vieja nave no resistía y poco a poco se fue a las profundidades del mar. Él, tranquilo, no sintió miedo de morir. En vida decía que así sería su final.
Cuentan algunos que, navegan en alta mar que, han visto el barco del capitán surcar mares para luego desaparecer en cuestión de segundos.
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