Por: Ramiro Guerra Abogado y Cientista Político.
Vamos al caso. Martinelli es un delincuente, lo más execrable como afirman algunos y en consecuencia nada tiene que analizar el tribunal electoral. Sencillamente levanta el fuero y punto. El derecho no opera así, cuando de administrar justicia se trata.
Precisamente, el problema de la justicia en nuestros tiempos es su politización. El derecho se ha subalternalizado a variables meta jurídicas. En una sociedad como la nuestra con graves problemas de déficits de democracia e institucionalidad, resulta inevitable tal fenómeno. Para efecto de comprender tal fenómeno, vale la frase de; el poder sobre el poder, sobre todo los de órdenes fácticos. Una moral prebendaria y una constitución agotada en sus fines, se combinan para recrear este ambiente de judicialidad comprometida.
El problema no de individuos, que si tal magistrado es un hombre o mujer de tacha y valía. Es sistémico. El sistema tiene la capacidad de cooptar y al final lo mismo de siempre. Lo anterior es para nunca acabar. No se trata de una justicia comedia, sino trágica. Mientras tanto seguimos en lo trivial y la nación sucumbiendo en los prolegómenos de estos terribles escenarios.
3 Hay varios Likes:) Gracias...