El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
A Propósito De Omar Torrijos.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político
Noviembre de 2022.
Omar entre la gente que le gustaba estar.
Mucho se ha escrito de Omar Torrijos. Biografías existen a montones. Pocos examinan esa capacidad de Omar para ganarse el cariño de su pueblo.
Omar Torrijos tenía el don de, rápidamente, conectarse con la gente. Una humildad natural. Para él, el poder no lo hacía diferente. Sus dichos le salían del alma.
Recuerdo algunos como:
«…un pueblo emberracado, no hay barranco que lo ataje»;
«…el que da cariño, recibe cariño»;
«..los niños son los hijos predilectos de la patria, …de la revolución»;
«…cada minuto de bloqueo contra Cuba, es una espina atravesada en la garganta de Latinoamérica»;
«..gobernador de qué»;
«…la oligarquía solo escucha el sonido de sus cajas registradoras»;
«Díganme lo malo que lo bueno ya lo sé».
Omar sabía o le gustaba escuchar.
Omar Torrijos y Fidel
En una ocasión lo vi caminar Calidonia y la avenida central, en compañía de Jimmy Lakas. Contacto directo con el pueblo, filosofía con que gobernaba.
En otra ocasión llegó a Colón, creo que a playa chiquita; entró a la casa de una humilde colonense y le dijo, a ver que estás cocinando, voy a esperar que tengo hambre. Varias veces lo agarró la noche y madrugada, montaña adentro, reunido con campesinos e indígenas.
El recibimiento de los niños al general, cuando llegó al parque, en ese entonces no se llamaba Omar, fue espontáneo e igual el abrazo que le dió él a los niños.
Reconocidos escritores, se hicieron amigos de él y él de ellos. Me cuenta uno de ellos que se sentían a gusto escuchando y hablando con el general. Ellos percibían que, por la forma de hablar y contar experiencias de Torrijos, ellos estaban frente a un hombre sencillo, noble, hecho del barro y aroma de donde se cuece el mundo de los que nada tienen y madrugan para ir al campo a trabajar la tierra.
Omar fue normalista; eso nunca lo olvidó. Allí conoció el pensamiento rebelde y crítico de los estudiantes. Cuando era mayor, en Chiriquí, llegó al cuadro Chiquita Banana, a presenciar un juego de softball. Se sentó en la grada a presenciar el juego entre los equipos de los diferentes departamentos de trabajo de la compañía.
Jimmy Carter y Omar Torrijos en Ciudad de Panamá.
Creo que, a Omar Torrijos, sin él saberlo, la vida lo fue preparando para ser un gran conductor del pueblo y del proceso nacionalista.
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