Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Quién lo imaginaría, de que volveríamos a la historia del «Panamá Cede».
Concuerdo con mi hermano el Dr. Silvio Guerra, quien, en un video, señaló que, el eje real de las contradicciones y aberraciones del contrato firmado por el gobierno, si bien la base material y la logicidad de ese contrato son sus perversas e inequitativas cláusulas, lo que hay de fondo, es la lucha por la soberanía.
En el artículo de opinión de algunos días atrás, señalé que, el único «mérito» del gobierno, es que con su terquedad e Insensatez, nos ha permitido reverdecer el nacionalismo que nos dió gloria en el concierto de países del planeta.
Una revolución o proceso de liberación pacífica, objeto aún hoy de análisis en otros lares.
Vamos a la lógica jurídica del contrato, que vuelve a la asamblea debajo del sobaco del ministro Eloy Alfaro.
Cuatros puntos álgidos que no convienen al país y a los panameños.
- En la «nueva” edición del contrato, se dice en una de sus cláusulas, que la aprobación del contrato es necesario para poner en marcha, la estrategia de un modelo industrial extractivo. La pregunta, Un tema tan crucial, ¿a quién consultó el gobierno para semejante arbitratrariedad?
- El Panamá cede. La empresa queda facultada para hacer o construir toda una gama de infraestructura, que sin ser exagerado, pareciera el diseño de un nuevo distrito, pero en manos privadas. Un evidente enclave. Solo faltó que se dijera que, sobre ese enclave, sería izada la bandera canadiense. ( puentes, carreteras, puertos, aeropuertos, áreas residenciales, comisariatos etc…)
Y escriben los escribanos del gobierno, que mentimos.
- Un contrato a una perpetuidad con disimulo. Cuarenta años y más. Cuatro a cinco generaciones habrán de pasar para finalmente recibir chatarras y tierras totalmente muertas y una devastación que hoy no la podemos imaginar siquiera.
- No hay nada claro, sobre las consecuencias fatales, que se derivaran de esa explotación a cielo abierto.
Aclaración: El gobierno abdicó sea por presiones o quien sabe que intereses. Lo de la amenaza de una demanda por parte por la filibustera First Quantum (minera cobre Panamá), puro cuento de asaltante de camino. Fue nuestro máximo órgano jurisdiccional, que resolvió dejar fuera de la ley y la constitución, las operaciones de esa empresa. Un acto de soberanía del estado nacional, al cual, sin vergüenza alguna e inexplicablemente, el gobierno no acató, ni acata.
Juristas de alto fuste académico, sobre todo en derecho penal, señalan que toda esta madeja resalta impunidad y complicidad en la comisión de variados tipos penales.
Seguramente, mas allá del fin del periodo presidencial, la justicia, su brazo los alcanzará.
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