El Homo Guerrero.|

Por: Pedro Rivera

A veces me pregunto si la gente es tonta o se hace.

Todos sabemos, o deberíamos saber, que las guerras, pero todas todas, toditas, son territoriales.

Entornos familiares, clanes, tribus, países, naciones, estados, o como quiera que se les llame, son cotos de caza, obedecen a códigos atávicos, ancestrales, bio psico socio culturales.

Si se las analiza desde la perspectiva del proyecto humano, que es realmente la utopía, son aberraciones del instinto de supervivencia.

Antes peleábamos por la pierna de un jabalí, o por una manzana, hoy lo hacemos para acaparar las fuentes energéticas: el petróleo y otros recursos naturales. No tengamos la menor duda que dentro de algunos pocos años pelearemos por la posesión de los ojos de agua, nos agarremos a puñetazos, no tan limpios, hasta para monopolizar los rayos solares.

Así es que mirémonos en el espejo, reconozcamos como lo que somos, dejémonos de tantas elucubraciones y justificaciones asentadas en nuestra naturaleza.  Hagamos frente a la verdad.

La convencionalmente llamada Tercera Guerra Mundial empezó hace rato. Salta a la vista que es economía, política, diplomática, mediática, ideológica, migratoria, cultural, estúpida y militar en los países de la periferia, ponedora de los muertos. Y lo más probable es que tarde o temprano la guerra sea nuclear.

Tal vez una de las contribuciones más eficaces para que el proceso de humanización se encamine sea enseñarle al homo cromañón, que es realidad lo que somos, empiece a reconocer, en cada contexto, las causas de conflicto y las vías, no para exacerbar las sino para erradicarlas.

Es, además, por ahora, el único el camino para alcanzar la paz, aunque sea en trance.

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