El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
La justicia laboral enfrenta una situación difícil. Sobre todo, debido a los procesos de flexibilización y desregulación, que desde décadas enfrenta la normativa laboral, despojándola de su carácter tuitivo- protector de la clase trabajadora.
El derecho del trabajo, hace parte de un campo más amplio de normas protectoras, que se denomina Derecho social.
Post la segunda guerra mundial, con la creación de la ONU, sobrevinieron normas con un alcance social, sobre todo con el advenimiento de los estados de bienestar social.
Los doctrinantes en materia laboral, afirman que el derecho laboral, surge como un derecho para regular relaciones de desigualdad, patrón – trabajador. Como consecuencia de la afirmación, que no puede haber democracia entre desiguales, a menos que el derecho hasta cierto grado, procure relaciones horizontales, siempre condicionado a enfoques tuteladores de la clase trabajadora, por ser la clase con menos poder. De esa manera atemperar o moderar la explotación del trabajo humano, generándose así un derecho de clase, por priorizar protecciones a los asalariados.
El derecho del trabajo, desde el punto filosófico, es un derecho que tiene una serie de principios, que lo distancia de esos conglomerados de derecho, que parten afirmando la igualdad entre las partes.
Por lo anterior, siempre he afirmado, que no cualquiera puede administrar justicia laboral. El juzgador laboral, si no conoce la filosofía que anima esta rama del derecho, será dado a incurrir en errores y desatinos. Ojo, también en nuestro tiempo, la flexibilización ha llegado, de la mano de decisiones judiciales en los conflictos de alcance laboral.
Difícil, un gobierno que se defina como de derecha y neoliberal, respeta el mundo de los derechos democráticos. Este tipo de regímenes, menosprecia los derechos colectivos y sociales de la clase trabajadora. Según, las relaciones deben reducirse a la relación individuo – empleador. Para ellos, el derecho laboral, como derecho social y tutelador de los trabajadores, es una variable que distorsiona el mercado laboral y la economía.
En la actualidad soplan fuertes vientos que apuntan a desproteger a los trabajadores y sus organizaciones. Las autoridades se prestan para tal perversidad y en esos aviesos caminos, hasta la animan.
Lo más aberrante, el derecho de trabajo, no escapa a esos enfoques reaccionarios y el fenómeno de la criminalización de la justicia, es un hecho que, alcanza a instituciones esenciales del derecho laboral y sindical.
Esa tendencia atenta contra el estado de derecho y una de sus columnas de su esencia, los derechos fundamentales.
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