Por Gonzalo Delgado Quintero
El sistema de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), sobre todo, a partir de las incertidumbres creadas por la falta de información contable de los informes financieros y por la base de datos de los asegurados cotizantes activos, “estropeada” por los entonces, nuevos programas informáticos implementados por administraciones pasadas con énfasis en la de Guillermo Sáez Llorens; a fin de cuentas, afectó la secuencia de los registros contables que permitían saber la real situación de la Caja de Seguro Social (CSS). Hoy, se espera un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tampoco aportará mayor información de importancia, más allá, de la ofrecida por propia institución.
“Se entiende como registros contables aquellos que indiquen de forma clara y precisa las operaciones, tanto contables como financieras, de la persona jurídica, sus activos, pasivos y patrimonio, así como que sirvan para determinar la situación financiera con exactitud razonable en todo momento y permitan la elaboración”. Recuperado de: (https://www.icazalaw.com/nuevos-requerimientos-registros-contables-panama/)
El IVM paga las jubilaciones y necesita reformas; pero, de qué tipos. El Gobierno, las fuerzas sociales, políticas o económicas, no logran una propuesta cónsona. El IVM necesita capitalizar más. Cómo hacerlo. Pasa el tiempo y el diálogo que, entre otros, debe abordar este tema prioritario, ha juntado a personas que por un lado, evidencian ignorancia supina y otras, que aun conociendo, tienen miedo.
Es más, algunos tienen conocimiento e inteligencia, pero les falta carácter y eso solo compromete la posible solución del IVM. Además, allí, también participan personas expresamente designadas por grupos económicos de los seguros privados, con muchos conocimientos sobre el tema, pero con la misión kamikaze de atacar cualquier progreso que pueda surgir y son además, promotores de las paramétricas que se resume a subir la edad de pensionarse, por tanto, pagar más cuotas y bajar el porcentaje mínimo de las pensiones a menos del 60 por ciento, sin posibilidades de incrementar las pensiones.
Hay alrededor de 300 mil personas cobrando pensiones y jubilaciones, en una relación de menos de 3.0 cotizantes por cada pensionado. De acuerdo a las proyecciones actuariales, desde el 2019 hay solo 2.2 cotizantes por cada jubilado/pensionado. En el 2031, menos de un trabajador sosteniendo a un jubilado. En este punto, si se observa con sentido prospectivo, aplicar medidas paramétricas, tampoco resuelve el problema, solo lo posterga.
Por el momento, según han señalado las autoridades actuales, no se apuesta a subir la edad de jubilación o la cuota obrero patronal (medidas paramétricas); se centran más bien, en los ingresos y en este punto se debe hilar delgado, porque la CSS capitalizaría mucho más de lo actual y eso es muy atractivo ante los ojos de los grandes grupos económicos que ven la posibilidad de meterle mano con argumentadas conjeturas, señalando o magnificando cualquier déficit en el corto plazo. En este momento el sistema mixto observa un superávit y por el contrario, no tiene problemas porque no paga pensiones, al menos, con el peso que todavía sostiene el Subsistema Exclusivamente de Beneficio Definido, que no capitaliza y por tanto, se agota rápidamente.
Incluso, el aumento porcentual de la cuota obrero-empleador, también sería otra medida parche. La decisión correcta y definitiva sería iniciar la exploración de aportes que debe hacer toda la gran actividad económica del país, que poco aporta a la CSS; pero quién se atreve a proponerlo en esa mesa de diálogo. Que la Zona Libre de Colón haga su aporte, a partir de un centavo restado de cada Dólar de utilidad y que cada comerciante, en vez de 100, se quede con 99 centavos de su ganancia. Advierto, porque el fin no es confundir ni engañar a nadie, que ese centavo al final serían cientos de millones de dólares al año.
Que el Canal de Panamá aporte 10 centavos de cada Dólar de ganancia; igualmente, la actividad aeroportuaria puede dar su aporte (1 centavo), porque mucha inversión ha recibido del Estado, para que sea solo un pequeño grupo económico que se beneficie; también los puertos (1 centavo); el sistema bancario nacional e internacional (1 centavo); las fibra óptica que debe a la institución desde 2006, cumpla con lo establecido en la Ley 51orgánica de la CSS y que con las últimas dos líneas de Google, lo que calcula una actividad de más de 10 mil millones de dólares al año, aunque en ninguna parte publican realmente esas cuantías; otro, es el turismo, mermado por la pandemia, pero en franca recuperación.
Otra es y analicemos que, si de tan solo el 12 por ciento se ha estipulado 190 millones para la CSS, cuánto realmente, recibiríamos los panameños, si del contrato con las mineras se obtuviera al menos, el 50 por ciento de los beneficios que, ahorita, están quedando en los bolsillos de unos cuantos canadienses.
Un centavo por cada dólar facturado de todas estas superestructuras económicas, permitiría que en un año se recuperara el IVM de la Caja de Seguro Social, y se arregla el problema de raíz y para siempre. Ahora bien, no sé si de gallinas, pero faltan huevos.
La CSS sería tan fuerte que podría financiar obras, tener un banco, invertir como antes en bienes inmuebles, en más préstamos hipotecarios y personales, patrocinar proyectos reasegurados y diversificar sus inversiones en todo lo que le sea beneficioso capitalizar. ¡Eso es posible!, ¿Quién lo propone?
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