Por: Ramiro Guerra Morales
El déficit de los abogados y juristas, cuyo mundo es la norma y valga la redundancia, su lógica interna.
En mi caso y de muchos juristas, somos seguidores de la teoría del trialaterismo jurídico de Goldsmith.
Desligar el derecho de su base sociológica, nos conduce a servir a intereses que no necesariamente coinciden o comparten espacio con sectores muy disímiles, muy lejos de lo que una posición de clase. El jurista meramente normativo, sin darse cuenta lleva agua para un molino, que desde de la sociología jurídica, sirve a intereses mezquinos y egoístas.
Bien lo escribió Federico Engels, en una carta enviada a Conrad Smith, donde señaló que el gran problema del jurista, es que su mundo es apriorístico. No indaga las relaciones sociales como hechos que le precedieron.
Pavoni, escribió, el jurista sufre del complejo del monte de Sinaí; es decir, el derecho como revelación y de allí no sale.
Talvez, por mi formación en la ciencia política, cuando analizo, procuro auscultar las contradicciones que contiene el bloque social histórico, la relación de ida y vuelta de la superestructura con la base material de la sociedad y el conflicto de clases que naturalmente anida en esa matriz.
Lo anterior tiene que ser de esa manera, sino se queda sirviendo a los que por la base material, son sus adversarios.
Por lo anterior, siempre sugiero a los abogados y sobre todo a los que a diario escriben sobre temas nacionales, preguntar a que molino lleva agua lo que de ellos sale. ¿por qué? Sencillo, queda favoreciendo alternativas que no cuadran lo que en práctica se critica y condena.
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