Por Gonzalo Delgado Quintero
Frente a tales circunstancias, cuando parecía que no había esperanzas de verdaderas reivindicaciones políticas y sociales, ha surgido de manera raizal, el Movimiento de Bases para el Rescate Nacional, que ayer con representaciones de líderes de todo el país, se reunió en el distrito de Santa Fe, en la provincia de Veraguas, fijando su posición en torno a dos ámbitos generales y de gran importancia para la nación panameña.
Al ser este Movimiento conformado fundamentalmente por destacados miembros del Partido Revolucionario Democrático y además, dirigido por el connotado dirigente Pedro Miguel González, con una importante hoja de vida política en la que destaca haber sido diputado de la República, presidente de la Asamblea de Diputado, Ex – Secretario General del PRD y otros muchos cargos; por tanto, la reunión convocada en las faldas del histórico cerro Tute, produjo y aprobó una importante declaración que sirve no solo para direccionar la forma torcida y pérfida en la manera de conducción de la actual dirigencia del PRD sino que también es una clarinada que sirve de guía al pueblo panameño en general.
El Movimiento de Bases ha exigido retomar el método torrijista de la consulta en función de trabajar con y para beneficio de nuestro pueblo. En el documento el Movimiento rechaza categóricamente la propuesta de la actual dirección del PRD que cercena la democracia interna cuando intenta “RESERVAR” cargos a elección popular en toda la geografía nacional, con lo que se coartan las aspiraciones de miles de aspirantes del partido y se violenta lo establecido en los estatutos, la propia ley electoral y el derecho constitucional a elegir y ser elegido.
Ante esa posibilidad el Movimiento advirtió tomar cartas en este asunto, no descartando la posibilidad de presentar los recursos pertinentes para frenar esta burda e ilegal acción del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD.
Dejó sentada la necesidad de procurar esfuerzos de unidad con el pueblo organizado y reiteró su rechazo al clientelismo y la necesidad de llever a cabo las acciones inmediatas para abordar asuntos fundamentales como los son el tema de la Caja de Seguro Social, el excesivo endeudamiento del país, el saqueo de las riquezas de nuestro país por las transnacionales, incluyendo las empresas eléctricas y de telecomunicaciones, los puertos y la minería.
El movimiento fue enfático en manifestar su rechazo ante las múltiples declaraciones injerencistas de la embajadora de Estados Unidos sobre nuestros asuntos internos, sin ningún tipo de reacción por parte del gobierno nacional.
El Movimiento de Bases para el Rescate Nacional, finalmente, hizo un llamado a la participación de los miembros del partido que tengan propuestas con visión de nación y que se respeten las elecciones primarias a lo interno del Partido.
En lo particular observo que el Movimiento de Bases para el Rescate Nacional está estructurando un propuesta diferente que sirva de real alternativa ante la oferta electoral que hasta este momento ha venido aflorando tanto en el PRD como en los demás partidos y grupos independientes y que se resume a más de lo mismo. Ninguno abriga una verdadera esperanza de cambio y solo es cuestión de razonar y escuchar bien lo que vienen diciendo.
Este Movimiento de Bases tiene una genuina preocupación, cuando lo que se está evidenciado ya, es solo el hervidero electoralista y rampante del quién da más. Cuando se incentiva el qué hay pa´ mí, que ya no es una pregunta que se haga a escondidas sino que, incluso, la gritan voz en cuello en las reuniones, mientras que los padres de la criatura, con el cadáver que se deja como producto de la usura, levantado en lo alto, lo enseñan a la jauría delirante y frenética, que corre salivando de un lado hacia otro, esperando y tratando de morder el mejor pedazo posible que les ofrezcan o les caigan en sus fauces.
Es como el frenesí de los tiburones provocado por las rémoras que les rascan las panzas para poder excitarlos y entonces, comerse las migajas desprendidas, pero que al final es el gigante escualo que se come el gran pedazo en tanto dure el festín pasajero. Hay que echarle pan a las sardinas para luego tirarles el trasmallo. A eso nos han llevado en gran medida los señores del poder económico y político y así, lo entiende gran parte de la sociedad, aunque estén contentos un mes y disgustados 59; pero eso es lo que se repite, cíclicamente, cada cinco años.
Y en esta ocasión parece ser que nuevamente, se repetirá la misma historia. Ya la semilla politiquera y clientelista, aunque no se observa a simple vista, está sembrada y solo espera las primeras gotas para germinar; además, el abono llega en maletines, en pacas, incluso en cartuchos amarillos y de que llega, llega, eso se sabe y lo esperan. Pero esa francachela, es solo de los grupos del poder, no es del pueblo que está dispuesto a infringir castigo.
Por ello, ante tal exabrupto, debemos construir la unidad popular para ofrecerle a la población un verdadero cambio ante el disgusto que con razón, mantiene una inmensa mayoría que aspira a esa transformación genuina y real. Una población que no se ve reflejada y no se siente parte de los beneficios económicos que tanto pregonan los gobiernos y que por tanto, esta verdad sobre el crecimiento económico que no se evidencia en el desarrollo social, más bien, lo que debe causar es vergüenza e indignación.
También es la situación de esos miles y miles de personas que aún están desempleadas o esperando que se les arregle el salario como antes era. Es el sentir de esos jóvenes que con todo derecho, esperan su primera oportunidad laboral o una oportunidad para estudiar lo que aspiran y que en algún momento han pensado en engrandecer la patria con sus conocimientos adquiridos. Es la esperanza de los viejos que todos los días son maltratados porque no obtienen una atención médica rápida y expedita, medicinas en las farmacias para aliviar sus padecimientos.
Está llegando el gran momento. Es la oportunidad de quitar lo malo y poner lo bueno. Es la hora de saber distinguir la verdad de la mentira. Es el tiempo de ubicar en su sitio, al demagogo y al charlatán, al lumpen y al maleante politiquero. En las manos del pueblo está la respuesta.
Considero que lo manifestado por el Movimiento de Bases por el Rescate Nacional es un paso dado en la dirección correcta y que esa chispa seguirá creciendo a partir del disgusto de cada ciudadano y se convertirá, sin dudas, en la esperanza de nuestro pueblo panameño.
El autor es periodista y escritor
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