Por: Rigoberto Castillo G.
Master en Derecho Internacional y Abogado.
(exclusivo para El Periódico)
La reciente vista de Volodimir Zelensky a Canadá, la segunda, luego del inicio de las operaciones especiales de Rusia en Ucrania, al parecer, estuvo colorida de sorpresas para el dirigente ucraniano, ya sea, por la continuidad del apoyo a su gobierno – un paquete de ayuda financiera, que data desde enero de 2022, de unos 8.900 millones de dólares canadienses (6.200 millones de euros), más un paquete adicional por 650 millones de dólares canadienses, o sean, 452 millones de euros, así como, por la ovación en el Parlamento Federal de Canadá del ucraniano-canadiense Yaroslav Hunka, un veterano nazi de guerra, de 98 años de edad a quien entre otras cosas, el presidente del parlamento, Anthony Rota calificó de ”héroe de Ucrania” y héroe de Canadá!!!”.
El famoso “héroe ucraniano-canadiense”, Hunka, integro la Primera División de las SS de Freiwilligen División de Galitzia ucranianas del régimen nazi alemán, durante la IIa Guerra Mundial (IIa G.M.) acusados en el Tribunal de Nuremberg (tribunales penales constituidos en la ciudad alemana del mismo nombre – Nuremberg), para juzgar a los asesinos y genocidas de guerra nazi.
La Antigua región de Galitzia se ubica dentro de las regiones de la actual Ucrania occidental: Leópolis, Ternópol y Ivano-Frankivsk cerca de Hálych.
La Primera División de las SS Freiwilligen de Galitzia ucranianas se caracterizaron por los exterminios de judíos, húngaros, polacos, rusos, rumanos, gitanos y demás pueblos eslavos de manera despiada, indiscriminada y atroz, y es que, sus formas de asesinatos eran de tal magnitud que horrorizaban a los propios fascistas alemanes.
Yaroslav Hunka y el Nacionalismo Integrista Ucraniano
Este personaje ha sido, desde la IIa G.M., uno de los seguidores empíricos del llamado “nacionalismo integral ucraniano”, de cuyo ideólogo fue el antisemita ucraniano Dmitrie Dontsov, y de quien, otro de los llamados “héroes ucranianos” Stepan Bandera, fue uno de los mejores exponentes en la praxis de sus teorías de exterminio racial al servicio de la Alemania fascista y las brigadas de las SS de la Alemania fascista.
Dontsov escapó del Tribunal de Nuremberg, muy a pesar de ser uno de gestores del terrible plan de exterminio racial llamado “Solución Final de las cuestiones judía y gitana”. Similar suerte corrió Hunka y otros nazis ucranianos y alemanes ayudados por los servicios de inteligencia de los EE.UU. Posteriormente, Hunka emigró a Canadá, donde al parecer, hasta el presente, se ha mantenido protegido por los gobiernos de ese país.
El actual gobierno polaco, aliado de Zelensky, a través de una publicación en las redes sociales, el 26 de este mes de septiembre, del Ministro de Educación, Przemyslaw Czarnek dijo que había tomado medidas para demandar ante Canadá la extradición de Hunka.
Hunka como miembro de las SS Freiwilligen fue, similarmente, parte de una brigada militar al mando de Adolf Hitler, cuyas tareas eran la de exterminio de polacos, rusos, gitanos y judíos.
Pero el llamado nacionalismos integrista ucraniano de Dmitrie Dontsov, tuvo sus fuentes teóricas del francés antisemita Charles Marie Photius Maurras, nacido el 20 de abril de 1868, en Martigues, al sur de Francia, creador del llamado Movimiento “Action Française” (Acción Francesa), de orientación monárquica, antisemita, anti parlamentarista y contrarrevolucionario.
Los nacionalistas integristas ucranianos aparecen en la Ia Guerra Mundial, y a ellos se les atribuye el asesinato de más de 4 millones de personas, logrando copiar las tesis de su inspirador ideológico, Charles Marie Photius Maurras, fueron los autores e ideólogos del llamado movimiento “Solución Final” cuyo fin eran el de asesinar cuanto más judíos, gitanos, eslavos y de otras nacionalidades hubiera, incluido sus compatriotas ucranianos, con el supuesto de lograr la primacía y pureza de la raza.
Para tener una idea más clara de la sinrazón de las concepciones irracionales teóricas del nacionalismo integrista ucraniano recomiendo al lector ingresar al site https://etimologias.dechile.net/?Ucrania en el que podrá percatarse de los orígenes etimológicos de la palabra “Ucrania” (en idioma ruso Украина – pronunciación Ucraina, o en ucraniano Украiна), con lo cual nos enteramos que esta palabra es de origen ruso, y que, entre sus significados están: “los del extremos”, o “los de adentro”, o “tierra o región fronteriza”.
Finalizada la IIa G.M., las potencias vencedoras sobre el fascismo alemán (EE.UU., Rusia y Gran Bretaña) acordaron en el marco de los procesos de Nuremberg la prohibición de la propaganda de guerra, del nazismo, y el fascismo fue proscrito de la faz de la tierra como forma ideológica de gobierno, por lo que, posteriormente, en 1948 es aprobada la Declaración Universal de los Derechos Humanos, mediante la cual fueron abolidas todas las formas de discriminación racial, religiosa, étnica, política, por sexo, etc. Instrumento jurídico este, del que años más tarde se inspiraran los gobiernos del continente americano, en el marco de la Conferencia Especializada en Derechos Humanos, en San José, Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, para aprobar la Carta Americana de los Derechos Humanos, la que entró en vigor el 18 de julio de 1978, conforme a lo establecido en su artículo 74.2 del Convenio; y que, fue registrada en la ONU, bajo el No. 17955, el 27 de agosto de 1979.
En contrario con lo establecido en las normas y principios ius cogens que rigen el Derecho Internacional y demás principios y normas sobre los conflictos armados, en este caso el principio ius in bello (o derecho sobre el modo de usar la fuerza), distinto del ius ad bellum (o derecho de la legitimidad del uso de la fuerza – este último prohibido universalmente en múltiples normas y principio del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas), que dicen que, los beligerantes, indistintamente de sus reclamaciones sean o no justas, están obligados a respetar los principios y normas del Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos de los individuos, cuestión que, desde 2014, los nacionalistas integristas ucranianos, no han respetado respecto a la población checa, húngara y rumana asentadas desde muchísimos años en el territorio de la actual Ucrania, incluidos los ucranianos-ruso parlante y rusos de las regiones del Donbass (Dontesk, Luganks, Zaporidzya y Kherson) y Crimea, hoy territorios parte de la Federación de Rusia a raíz del conflicto.
Debemos recordar que, los objetivos de las operaciones especiales rusas en Ucrania tienen, entre otros componentes, tres fines fundamentales: desnazificar, desmilitarizar Ucrania y garantizar la seguridad e integridad del territorio de la Federación de Rusia.
Desde 2014, en los territorios del Donbass, los nacionalistas integristas ucranianos, llevaron a cabo limpiezas étnicas, prohibición de la lengua rusa, cultura rusa, de igual forma han llegado a prohibir la religión ortodoxa y demás costumbres ancestrales del pueblo ucraniano-ruso parlante y rusas, así como de otras nacionalidades. Fueron quemados libros y tirados a la hoguera obras literarias de famosos literatos rusos como Alexander Pushkin, León Tolstoi, Mijaíl Bulgákov, Fiódor Dostoyevski, Antón Chéjov, Máximo Groki, Alexander Solzhenitsyn, y otros más. Fenómeno que de manera ignominiosa se replico en muchos de los países que conforman la Unión Europea.
Los nacionalistas integristas ucranianos, de igual forma prohibieron obras de teatro, cine, operas, conciertos y la música rusa, como Kalinka y demás. Los nacionalistas integristas ucranianos en su afán de borrar los orígenes de la propia Ucrania y de negar su cordón umbilical identitario con Rusia, proscribieron la música clásica de los compositores rusos, todo medio de comunicación, radio, televisión, etc., lo cual constituye un delito fragante calificado de genocidio por el Derecho Internacional, sin que la Europa y los EE.UU., de la libertad y de los derechos humanos dieran muestras de rechazo.
La demencia neonazi de los nacionalistas integristas y de los gobiernos europeos, es tal que, incluso han llegado al delirio de prohibir la presentación de obras de teatro, ballet y conciertos de artistas rusos, exposiciones de pintura rusas y demás obras de arte, el libre movimiento de los rusos por el territorio europeo, restricciones de visados y, últimamente, hasta la prohibición de movilidad en vehículos, etc. Lo cual son medidas violatorias de los derechos humanos y del Derecho Internacional, claramente de orientación fascistas.
Y es que, la propaganda nacionalista integrista ucraniana, sumada a las erráticas decisiones que emergen de las potencias Occidentales, respecto a la aprobación de sanciones económicas, en contra de Rusia, y los suministros de armas de destrucción masiva al gobierno de Zelensky, parecieran ser conducente a llevar al mundo a una conflagración mundial, una cuestión de la que se ha venido hablando y repitiendo en múltiples foros internacionales, incluida la Asamblea General de la Naciones Unidas, pues el suministro de armas de mayor poderío bélico de extermino en manos de un gobierno ya caracterizado, por sus propios dirigentes de peligroso constituye un acto de amenaza de guerra mundial contra toda la humanidad, ya que cuanto más se eleve el conflicto mayores son los riesgos de una IIIa Guerra Mundial. Este es el caso de las promesas hechas en marzo de este año, por el gobierno del Reino Unido de aprovisionar al gobierno de Zelensky de armas con uranio empobrecido, a lo que las Naciones Unidas, a través del Secretario General Antonio Guterres y la Oficina de Asuntos del Desarme reaccionaron oponiéndose categóricamente.
Rusia, por su parte, en la persona del Presidente Vladimir Putin indico que, “pareciera que Occidente, realmente, ha decidido enfrentarse a Rusia hasta el último ucraniano, lo cual ya no son palabras sino hechos… si esto ocurre, dijo Putin, Rusia se obligará a responder… el Occidente colectivo, ha asegurado Putin, ya está usando armas con componentes nucleares…” una cuestión que no deja de sembrar el temor en la comunidad mundial.
El pasado sábado, 23 de septiembre de este año, el Canciller ruso Serguey Lavrov, durante su discurso ante la Septuagésima Asamblea General de la Naciones Unidas dijo que, “si Occidente deseaba resolver la cuestión de Ucrania en el campo de batalla, entonces que sea en el campo de batalla…”, con lo cual no dejas dudas que la fuerza y la influencia de la diplomacia, para Rusia, está dejando de ser un medio de solución del conflicto ucraniano, por las injerencias y la instigación del mismo al que se ha evocado la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los EE.UU., con lo cual, pareciera que se está dando paso a la solución de los conflictos mediante el uso de la fuerza.
Occidente está procurando acorralar a la Federación de Rusia, con el ingreso de Finlandia en la OTAN, el 4 de abril de este año, con lo cual la empuja a un conflicto existencial, ya en varias ocasiones advertido por Rusia; y es que, las declaraciones de enfrentamiento militar contra Rusia realizadas por los militares de la OTAN, Reino Unido y de los EE.UU., parecieran estar descartando toda esperanza de paz y seguridad en el mundo, lo cual obligaran justamente a Rusia a defenderse con todos los medios a su alcance y existentes.
Ante este escenario mundial dantesco de riesgo y amenazas a la paz y la tranquilidad mundial es necesario que las naciones y sus gobiernos exijan a las potencias el cese inmediato del conflicto en Ucrania y el cese del suministro de armas al régimen de Zelensky, así como, el cese de las amenazas de guerra como medio de solución de los conflictos internacionales.
Rusia entiende que, desde antes de la IIa G.M. ya existían planes por parte de las potencias Occidentales de fraccionar su territorio para apoderarse de sus recursos naturales y riquezas, una cuestión que, hoy en día, no ocultan algunos gobierno Occidentales, lo cual no le dejará otra alternativa que el uso de sus defensas.
Recomiendo, para el bien del futuro de nuestro país, el adherirse al principio de neutralidad frente a este conflicto, ruso – ucrania, y realizar una tenaz política exterior, junto a otros Estados amigos de buscar juntos la solución de los problemas y conflictos mediante los mecanismos constituidos en la Carta de la Naciones Unidas y en los Principios y Normas del Derecho Internacional y, por ende, en el Tratado del Neutralidad de Canal de Panamá, del cual son parte las potencias.
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