El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra. Abogado y Cientista Político
No se trata de volver a un torrijismo de antes, pero sí actualizado a los tiempos actuales que plantean nuevos y novedosos problemas. Su brújula ideo filosófica, sigue vigente, que renueve bríos hacia liderazgos de bases; que se distancie del neoliberalismo y que retome los caminos hacia un estado de bienestar y equilibrio social. De que le sirve un partido con 500, 600 mil afiliados, a la sociedad, incapaz de interlocutor al pueblo desde una perspectiva de sus reales problemas.
Su actual dirección ha de ser objeto de un balance y autocrítica. Entre ella, cómo llegó el partido a una situación, en donde un gobierno que sale de su matriz, está lejos de su tutela y orientación.
Eso es trágico. Muchos desafíos, claro que sí, como el de poner en cintura, el arribismo, el oportunismo y pragmatismo despojado de los nortes ideológicos que inspiraron su origen.
Desafíos grandes tiene ese partido, cuando dentro de sus filas, hay intereses que operan con la lógica de la conveniencia y acomodo, que trabajan para tomarse la dirección del partido. La lógica del maletín y el que hay para mí, no puede ser lo que determine sobre quienes recaerá el papel hacia un partido de vanguardia de real contenido y acción social popular y democrático.
Un error, pensar que, la suerte y los cambios en dirección a lo arriba señalado, provenga del uso que se le pueda dar a recursos e influencias que se disponga de las filas e interioridades del gobierno.
Como podrán observar, grandes son los desafíos los que hoy siguen abrazando la idea, de que, en estos tiempos, Omar Torrijos, sigue teniendo vigencia, porque mucho de vigencia son los problemas y situaciones que su accionar abordó y legó a las generaciones de hoy.
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