El pueblo peruano se enfrenta al poder espurio en las calles

Por: José Dídimo Escobar Samaniego

el pueblo enfrentado a las fuerzas represivas del régimen espurio en Lima.

Estalla en Perú, la rebeldía popular que exige la disolución del Congreso y el restablecimiento de la voluntad popular, la Renuncia de Boluarte, nuevas elecciones inmediatas y la Libertad inmediata del Presidente Pedro Castillo.

Perú está viviendo momentos inéditos en que el pueblo se atrinchera en cada departamento, y ahora ha organizado una gran Marcha a Lima para poner las cosas en orden, dispuesto a pelear por el restablecimiento de la voluntad popular expresada por cada uno de ellos y que ha sido subvertida recientemente con el golpe de Estado que le montaron al presidente Pedro Castillo, que solo tuvo un año y cuatro meses de ejercicio de gobierno, ahora lleva mes uy medio en las mazmorras del régimen de fuerza de Boluarte y el Congreso peruano, que sin haberle dado un solo día de paz por parte de los sectores del poder económico del Perú que lo aborrecen por ser de raza indígena, de origen humilde, maestro de escuela y para rematar de la Sierra..

El gobierno de facto vigente ha tratado de calmar la situación, pero sus lo que ha implementado es la más grandiosa represión de que tenga memoria la historia del pueblo peruano para intentar contener el grado de indignación que representa vulnerar la voluntad popular para imponer la voluntad de los poderosos del Perú.

Las revueltas, lejos de disminuir se están ampliando conforme pasan los días y parece que ese país se sumerge en un mar de violencia y angustia provocada por los sectores que desconocen la voluntad popular expresada en las urnas. Hoy en lima más de 15 mil militares y policías han enfrentado todo el día al pueblo enardecido en las calles en donde se confirma que el gobierno y las fuerzas de seguridad no están para proteger y defender al pueblo, sino a la clase poderosa de ese país.

Perú, cuya economía marchaba como una de las de mayor crecimiento en la región, pudiera convertirse en los próximos días en un virtual campo de batalla donde los más pobres se juegan su dignidad, como ocurre ahora en Lima y el resto del país.

Ojalá que las mentes más preclaras y sensatas de ese hermano país, viabilicen una salida que evite un derramamiento de sangre provocado por el egoísmo, alentado por la avaricia y la aporofobia.

¡Así de sencilla es la cosa!

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