El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político
Convengo que la Caja del seguro social, es una institución fundamental para los asegurados y sus familias. Igual los servicios de salud y hospitalizacion que administra el estado.
En lo que respecta a la caja de seguro social, es una institución que hay que defenderla a como de lugar.
Señalado lo anterior , no podemos dejar de denunciar que hay un serio problema de falta de humanidad. Los asegurados a diario se quejan del trato indolente que reciben de los servidores que laboran en esa institución.
Mala cara, grosería, atención deficiente. Personas que llegan a la institución y con la rapidez que canto un gallo en horas de la madrugada, lo regresan para su casas.
A diario, panameños me escriben el calvario que pasan cuando van en búsqueda de atención.
Lo recién ocurrido con el niño de 12 años, que falleció, deja traslucir que hubo algo de negligencia en el abordaje. Como es posible, como narró su madre, que en el hospital del niño, no atendieron su hijo, a pesar que demostraba signos graves de salud.
Como lo escribí, este asunto tiene que ser investigado por el ministerio público.
Tenemos un director de la caja de seguro social, que nos dice que no hay desabastecimiento. Pero la realidad es otra. Hablo por vivencia propia
Hoy mi hermana mayor fue llevada de urgencia. Tuvo problema para respirar. Los sobrinos la llevan a la clínica y el diagnóstico dicen, fue un cuadro de asma. Un diagnóstico para salir del paso. Siendo ella una paciente con problemas cardiovasculares. Les dije a mis sobrinos, no permitan que la regresen para su casa. Llamen a la televisión.
Hay que pasar por estas experiencias para entender las quejas que a diario exponen los asegurados. Esto es terrible.
Los problemas del seguro, no solamente son económicos; el sistema está deshumanizado.
Vengo aconsejando, ya es hora, que a la institución y a médicos, comiencen a lloverle toneladas de demandas por servicios deficientes.
Médicos que no tienen paciencia para explicarle a los usuarios el tipo de medicamentos y sus efectos. No es nuevo que la medicina termina siendo peor que la enfermedad.
Resulta evidente, que la salud de los panameños, ha venido de mas a menos.
Mientras tanto el sector privado de salud, acumulando riqueza a velocidad de un rayo
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