Por Carlos Ochoa E
Antes de dar inicio a éste último artículo, antes de las elecciones; saludo a los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo y en particular a los panameños y panameñas a esos que crean todas las riquezas del mundo y que siempre se les niega, vivir con dignidad y decoro. ¡ Viva la clase trabajadora de todo el mundo!
En uno de mis últimos artículos, de cara a las elecciones del cinco de mayo, señalaba que la suerte estaba echada, para indicar que ya estaban todos los candidatos, como se dice en el lenguaje hípico, en la gatera. Pero como se dice, y es cierto, en política, no hay sorpresas sino sorprendidos y aquí no es la excepción. Con el afán de ganar las elecciones, los políticos electoreros, son capaces de pactar hasta con el mismo demonio y hacer las promesas más descabelladas e inverosímiles, así que no valen ni las izquierdas ni la derechas, para ellos, ”el fin justifica los medios” para llegar al poder. No importa ni a quienes ni a cuantos hay que engañar, así piensa y actúa nuestra llamada clase política, salvo muy pocos.
Hace muchos años atrás, un amigo escritor, en una conversación informal, me indicaba que andaba buscando un tema para escribir un cuento, con la idea de ganarse el concurso Ricardo Miro, le sugerí un poco en serio y un poco en broma, que no se rompiera la cabeza, que sencillamente recopilara todos los discursos de los candidatos a la presidencia, de ese momento y los transcribiera y que le los titulara: ”Cuentos para pendejos”. Eran los discursos de los candidatos de 1999, donde salió electa Mireya Moscoso.
Cuentan los campesinos, de un pueblito de nuestra campiña; que allá, por el siglo pasado que, en cierta ocasión llegó un candidato a la presidencia, prometiendo el cielo y la tierra, Y en su discurso prometió construir un puente y fue interpelado por un lugareño que le dijo: “señor si aquí no tenemos rio”, y el muy demagogo respondió: “le hacemos el rio, después el puente y también la carretera. Hoy, igual que ayer, los discursos, salvo una que otra excepción, son charlatanería y demagogia de la peor estirpe.
Melitón Arrocha, se bajó del bus, consciente que, tenía muy pocas posibilidades de ganar y pidió endosar el voto a favor de Martín Torrijos, Zulay Rodríguez y Maribel Gordón, no se van a bajar, pero estoy seguro que ellas son consientes que no van a ganar, pero como alguien dijo: “caminante no hay camino, se hace camina al andar” Falta mucho” para que en nuestro país gane una candidatura independiente de los partidos políticos, igual falta mucho para que un candidato o candidata que milita del lado de los pobres, del pueblo llegue al solio presidencial, pero es un buen ejercicio.
En los llamados debates presidencial, realmente no hubo debate, y si acaso hubo, fue de muy poca altura, donde lo que prevaleció fue el insulto, la chabacanería y la sacadera de trapos sucios, cual chusma del patio limoso, y todos sin excepción, se dedicaron a atacarse mutuamente y, atacar al candidato Martín Torrijos Espino. Fuera de este entre tramado político electorero se paso agachado el candidato de RM, que no participó de ningún debate, acto que no lo considero responsable, sino todo lo contrario.
Tres candidatos se disputan el premio mayor de la charlatanería, la demagogia y las mentiras más descarnadas a lo largo de los tres meses de campaña electoral. Ellos son Gaby Carrizo, Rómulo Roux y Ricardo Lombana al cual lo consideraba menos charlatán, pero ayer se quitó la máscara a plena luz del día, atribuyéndose logros del pueblo, donde él ni sus asesores jamás participaron. De ganar cualquiera de esos tres, y cumplir solamente un 20 por ciento de las promesas, en cinco años estaríamos viviendo mejor en Suiza y Qatar. Estaríamos viviendo arriba del primer mundo.
A todos los candidatos se les quedó o dejaron en el tintero, que van a hacer, de ganar las elecciones, para cerrar la brecha, cada día más profunda, entre los que más tienen y los que no tienen nada; que estrategia tenían o tienen para una distribución más equitativa del cacareado PIB, donde un 20 por ciento de la población vive en la pobreza y la miseria, ni generan ni les llega nada de ese PIB.
En cinco años, con el mejor gobierno que podríamos tener, el más progresista, el menos corrupto, apenas se estarían sentando las bases, para que el país no siga rodando cuesta abajo, o es que ninguno de los candidatos al solio presidencial se ha dado cuenta que, el país tocó fondo, que vivimos en un Estado fallido. Donde uno no sabe cual de lo tres poderes esta más podrido y más corrupto. Solo frenar el desmadre actual, se le va ha hacer cuesta arriba al gobierno que llegue al poder, eso no se resuelve en 100 días, ni cinco años.
Cuando este artículo vea la luz pública, estaremos a horas de inicio de la veda de la propaganda electoral, y descansarán nuestro oídos, de escuchar tantas pendejadas, charlatanería ruindad y majadería política. Por otro lado insto al que quiera ganarse un Ricardo Miro, en sección de cuentos, en los próximos años, a que recopile los discursos de los candidatos a la presidencia de la República, en los últimos cuatro quinquenios y los intitule así: “Cuentos para pendejos y otras pendejadas”. Y ahora sí, la suerte esta echada y echada. Eso sí ha votar el 5 de mayo por los menos malos, porque los mejores no existen o no ganan. Nos vemos el 6 de mayo.
El autor es sociólogo y profesor de Geografía e Historia
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