Por Ramiro Guerra M. Abogado Y Cientista Político.
Dice el diputado Raúl Pineda que, los subsidios que da el estado, inducen o es la causa de la crisis económica. A renglón seguido enumera la lista de algunos subsidios e incluye el tanque de gas y otro como el bono solidario. Peligrosa esa aseveración, cuando en la narrativa del FMI y la narrativa neoliberal, se ha planteado que el estado debe eliminar los subsidios, en tanto constituyen cargas, cuyas respuestas deben encontrarse por la vía de un eficaz funcionamiento de la libre competencia y que no hay de otra para que haya crecimiento y soluciones.
Imaginemos que quiten el subsidio al tanque de gas de 25 libras. El bono solidario, aunque he sostenido que no saca a nadie de la pobreza, imaginemos qué hubiera sido del pueblo sin esa toalla de índole asistencialista o el subsidio a otros sectores vulnerables de la sociedad. Como dice el refrán, la soga siempre revienta por lo más delgado.
Ahora resulta que los subsidios son la causa o parte causante de la crisis económica. Nada dijo el diputado, sobre la corrupción, los subsidios millonarios a los partidos políticos, los garrafones e ingresos adicionales que reciben los flamantes padres de la patria. Nada dice, sobre la política en materia tributaria y su carácter regresivo. Rehúye plantear que tenemos que adoptar una con un carácter progresivo.
No dice nada sobre la ausencia de una política de estado en materia alimentaria. ¿Qué pretende el diputado Raúl Pineda con ese tipo de declaraciones? Nada dice sobre la necesidad, en la coyuntura, de un plan anticíclico para moderar los efectos de la crisis que golpea al pueblo.
Al diputado le preocupa el transporte y sale a justificar al gerente de metro bus. Resulta que un alto número de la flota de metro bus, está paralizada; ahora se dice que es problema de piezas y los efectos de la los precios del combustible. Resultado, que los usuarios se vean afectados por la suspensión de varias troncales del servicio que presta esta empresa. Es hasta ahora que nos enteramos. Como en otras administraciones, sospecho que la administración no ha sido lo más eficiente.
Siempre el pueblo, pagando los platos rotos de las crisis. Ahora resulta que el presupuesto está cargado de subsidios. La salida, eliminar subsidios. Ojo, cuidado que la mecha sale más cara que el candil. Eliminar subsidios en momentos de una severa crisis del empleo, alta informalidad, salarios bajos e inflación, sería una bomba social.
Aspiro a que el gobierno, no compre salidas como esa. La verdad que la paciencia de los panameños está llegando a su límite.
Dice otro refrán, «cuando el rio suena es porque trae piedra». Ojo panameño, se dice que en guerra avisada no muere soldado.
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