El vicio acabó con la cultura, la educación y las buenas costumbres
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Ella deja al desnudo nuestra triste realidad cultural, acumulada por muchos años de descuido, desde 1979 cuando las fuerzas reaccionarias dentro y fuera del gobierno terminaron con el último proyecto educativo nacional basado en un documento de la UNESCO, denominado aprender a ser.
Se impone desde entonces, la agnotología, manipulación por ignorancia. El sistema educativo ha sido efectivo. Su objetivo no es la educación, es formar una masa de analfabetos funcionales. Si los estudiantes pasan la prueba Pisa, el sistema neoliberal ha fracasado.
Uno puede preguntarse si se ha descuidado el amor por la lectura y en general, por la formación integral de los panameños o ese es el objetivo perverso del sistema de educación pública, ya que las elites estudian en el extranjero y los destinados a ser mano de obra barata, les queda como opción la educación pública. Esto sucede a pesar de la disposición de sumas multimillonarias millonarias (3,800 mil millones de dólares) asignadas para gastos en educación. Los resultados nos ponen en los últimos lugares de las pruebas internacionales como PISA.
La juventud panameña, en la actualidad, ha desarrollado una suerte de dialecto en los que, sólo en ese ambiente se entienden, pero que, deja de lado la riqueza de nuestro idioma castellano. Esa práctica ha llevado a muchos jóvenes a utilizar, según expertos, un vocabulario de 300 palabras básicas y en muchos casos, la limitación comunicativa impide la comprensión lectora. Los gubernamentales prometieron que la educación sería la estrella del esfuerzo de gobierno, pero que, a solo dos años de terminar la actual administración, no hay posibilidad que tal pretensión deje de ser una quimera materialmente imposible de alcanzar.
Algo tendremos que hacer para volver al riel que nos lleve a un destino promisorio en donde la comprensión de nuestra realidad y la externa nos permita poder emplear nuestra fuerza creativa para hacer de este terruño añorado y hermoso, un lugar donde descubramos y disfrutemos a través del conocimiento, la libertad y los cambios democráticos para superar la propaganda por la verdad.
“Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”
¡Así de sencilla es la cosa!
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