Por Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
En Panamá, la impresentable desigualdad hace que existan familias que se mueren de congestión, mientras que otros se baten contra la pobreza y la miseria.
A diario vemos reportajes, relativos a las condiciones miserables de sectores de la población y en particular en las regiones montañosas y lejos de los centros de salud. Ejemplo, lugares casi inaccesibles como son la de los hermanos originarios.
Resulta criminal que, en éstas áreas, mueran niños, niñas, por falta de medicina y recursos humanos para la atención primaria en materia de salud.
Un solo panameño que muera por estas incapacidades y negligencia de las autoridades, resulta absolutamente inaceptable. Me pregunto ¿qué dirá la máxima autoridad en materia de salud sobre lo denunciado?. Seguramente doña excusa, como siempre, justificará semejante crimen.
Un país no se puede administrar sin planificación y peor, cuando se trata de impulsar una estrategia de desarrollo nacional con prioridad humana.
Somos un país con una población no tan densa; pero con los recursos e ingresos que recibe el estado, incluyendo préstamos de agencias internacionales, nuestro país debería estar volando en desarrollo humano. No ha sido así y tampoco la prioridad.
El gobierno por terminar su período, creo que nunca conoció el verbo planificar. Su estrategia gastar y gastar, sin tener claro si lo gasto se traducían en forma productiva, con claro retorno en materia de desarrollo humano.
Una política real de salud de la población, democráticamente, debe partir por la organización de la comunidad, de tal suerte que, no importa el lugar más recóndito del país, deben existir centros comunitarios de salud, dotados de insumos básicos y sobre todo el entrenamiento de los moradores para dar los primeros auxilios, en caso de enfermedad. Eso no existe, desde los tiempos de Omar Torrijos. Todo el andamiaje y plataforma comunitaria de salud, fue desmontada.
Molesta, ver a políticos y gobernantes, referirse a megas proyectos multimillonarios, pero nada dicen sobre cuestiones básicas de la existencia humana, como una política de estado en materia alimentaria.
El estado invierte sumas multimillonarias en hospitales y planillas. Se ignora el hecho, de que sí tuviéramos una población sana, los costos en materia de salud, no serían tan grandes.
La obesidad, sub alimentación, bajos salarios, comida cara, desnutrición en niños y adultos, son causas de enfermedades, que obligan a desembolsar sumas millonarias. Y el estado y los gobiernos, no dan indicios de abordar esta situación desde sus causas profundas.
Como dicen algunos estudiosos del tema de la salud. Las enfermedades son el principal negocio de las big farmacias, así como los muertos, el negocio de las funerarias y la falta de una nutrición adecuada, causa de muchas enfermedades.
Estoy convencido, que mientras tengamos una sociedad, donde los recursos no priorizados, no son distribuido con equidad y que el lucro es lo que mueve la historia, favoreciendo a una minoría que lo mueve la gula de riquezas, seguiremos sin resolver los problemas existenciales de la población en el país.
¡Qué Dios, bendiga nuestra patria!
25-6-2024
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