Entre La Luz Y Las Tinieblas.

Por José Dídimo Escobar Samaniego 

 

El escenario de la Asamblea Nacional de Panamá, ha producido en esta semana, escenas poco edificantes producto de un choque aparatoso de trenes respecto a la elección de las comisiones permanentes, especialmente las de Credenciales y Presupuesto.

Es el choque entre los carcamales, venidos la mayoría de la partidocracia incapaz, de evolucionar hacia niveles de democracia interna, orientar al país y fortalecer la democracia panameña, deviniendo en casi aparatos políticos mafiosos, imponen una mayoría legislativa, la que no se corresponde con la voluntad popular precisamente, compuesta por una extraña alianza de todas las fuerzas de los partidos tradicionales, que echando a un lado las supuestas diferencias políticas, porque ciertamente no tienen diferencias ideológicas, se han unido frente a la coalición de Jóvenes, tal vez inexpertos en maniobras políticas, pero con el atributo de que no están involucrados en actos de corrupción y tienen el deseo de adecentar a ese órgano del estado, llevado al desprestigio precisamente por la clase política tradicional.

Y es que, es aquí donde hay que enfatizar en que esa fuerza de políticos independientes, en su mayoría juventud, fueron seleccionados y escogidos por el voto popular para romper con el entramado de corrupción que se ha gestado en ese Órgano del Estado, cada vez más grosero y evidente.

No fueron escogidos por el Pueblo para que entraran a hacer de comodines de los dinosaurios de siempre que, no es necesario nombrarlos porque todos saben quiénes son, ni a hacer alianzas con ellos, corruptos y corruptores que han venido de menos a más y que se han tomado las riendas de ese hemiciclo para seguir en, no más de lo mismo, sino en cada vez PEOR.

Se impuso lo mismo de casi siempre.

La Asamblea Nacional de Panamá, se ha estado conduciendo desde hace mucho tiempo y conforme las extraviadas orientaciones de los partidos políticos tradicionales representados en ella, infestado de todo tipo de corrupción, en un mar de vicios, empezando por no representar a sus electores, sino, a intereses que cooptan la voluntad del legislador, dentro de la cual sobresalen los grandes intereses económicos del país que, están representados en el ejecutivo y que terminan sometiéndolos a sus antojos y caprichos a cambio de mantener la estructura clientelar que tienen que alimentar.

Ello explica cómo, desde la Asamblea, se aprueban leyes antipopulares y hasta anti nacionales y que terminan deslegitimando a ese Órgano del Estado, fundamental para la democracia.

Algunas personas, en sus análisis, culpan a los jóvenes de; inexpertos, por no poder lograr hacerse de la dirección o parte de la directiva de alguna comisión. Desconocen sin duda que, la principal pretensión de los nuevos es adecentar ese Órgano y los carcamales no lo desean porque ello implicaría un extraordinario “sacrificio” que pasa por auto regularse y rechazar seguir siendo grandes representantes de Corregimiento, manejando partidas y contratos que la propia Constitución no da cabida.

Los muchachos (los nuevos), no son santos, ni nada parecido, pero nadie puede negar que, han llegado con ímpetu y con deseos legítimos de reconstruir esa Asamblea para lograr un mejor aprecio de la comunidad y sobre todo no confrontar a la Constitución política vigente, hecho que fue notorio en la pasada Asamblea, al legislar en contra del orden constitucional que está taxativamente prohibido a la Asamblea.

Y eso es lo que se espera de ellos: que sean el contrapeso, aunque no logren inclinar la balanza, pero que, con su actuar transparente, al margen de una mayoría sumamente cuestionada, eviten de alguna manera, cohonestar lo incorrecto y que se salgan, los perversos, con sus aviesos propósitos, y que por lo menos, con su actitud estoica sirva para denunciarlos y que queden en evidencia delante del pueblo.

La actual correlación de fuerzas a lo Interno de la Asamblea Nacional demanda de ellos (los independientes), mantener esa línea de decencia, decoro, dignidad y pulcritud frente a la ambición y afán de poder de muchos ahí como medio para el enriquecimiento personal, como lo han hecho muchos que han participado de ese órgano del estado y que algunos de ellos continúan allí.

Algunos apuestan a que, pronto se rendirán los muchachos y abandonarán la pretensión de transformar ese Órgano, dado que se impondrá la plancha de la alianza de todos contra ellos.

Muchas veces en la historia, las minorías, si tienen razones poderosas y quienes las defienden están a la altura de esa causa, terminan por triunfar y sin entregarse, porque al final si verdaderamente los jóvenes representan la luz, y los carcamales a la oscuridad, el hecho es que bíblicamente está escrito que, ninguna comunión tiene la Luz con las tinieblas.

A los jóvenes, sin son fieles a sus principios y a la virtud de la decencia, el que los ataquen y los pretendan someter, ello producirá como una fragua, la templanza para resistir y vencer por el bien de las futuras generaciones de panameños que sepultará a los que no amaron a su patria y traicionaron a su pueblo.

¡Así de simple y sencilla es la cosa!

Dios te bendiga Panamá, todavía tienes hijos que te amamos y defendemos.

(Con la Colaboración de CG)

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