Por: Isis Jaén
Desde que el actual vicepresidente de Panamá manifestó su deseo de ser candidato a presidente en las próximas elecciones, tuve la impresión de que el país entero estaba inmerso en una enorme cámara escondida. Y a medida que se sumaban los aspirantes, cambié de idea y creí que nos estaban grabando en el mayor «reality show» de la historiaY bueno, sólo el «Salvaje Bill» no se lanzó a candidato porque no es panameño y no tuvo el dinero suficiente para evitar la cárcel.
De hecho, no me sorprende la cantidad y «calidad» de los precandidatos que están postulando los partidos tradicionales, lo que me asusta es la avalancha de seguidores que tienen y que aplauden repitiendo arengas de pulcritud e inocencia…No me cabe la menor duda de que si Barrabás viviera y fuera panameño, sería presidente.
Recordando el pasado reciente donde algunos se encomendaron al Espíritu Santo antes de violar la ley, otros se autoproclamaban hombres de Dios, intentando dar legitimidad a la complicidad y el atropello. Hoy se encomiendan a la Virgen y todos los santos para dar una apariencia de piedad…y sus seguidores se han montado en ese carrito celestial cual ovejas que van al matadero.
En conclusión, este país no necesita un gobierno que lo salve, este pueblo necesita salvarse de sí mismo para que podamos ver la luz detrás de las tinieblas.
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