Juan Jované
La lectura de la reciente Declaración Final de la Misión de Consulta del Artículo IV del Fondo Monetario Internacional (FMI), fechada el 3 de marzo de 2024, permite sacar algunas importantes conclusiones. Estas guardan relación tanto con la naturaleza de los más destacados analistas económicos al servicio de los sectores dominantes, como con los intereses que defienden los analistas del FMI.
En relación a los analistas de los sectores dominantes, se puede destacar no solo que los mismos resultan ser neoliberales más radicales que los del FMI, sino que los mismos desnaturalizan el análisis económico, para utilizarlo como un simple instrumento para promover los intereses del bloque social que representan. Es así que, en función de promover el estilo de desarrollo extractivista – minero, los analistas del sector empresarial local han venido señalando que sin la mina la economía en el mejor de los casos solo crecería en 1.0% en el presente año, siendo muy probable una recesión inevitable. Sus pares del FMI plantean que ese crecimiento será del 2.5%, para luego mejorar gradualmente en el corto plazo. Además, los agoreros locales reclaman una consolidación fiscal aún más expedita e igualmente radical en relación a la propuesta en el documento del FMI.
Esto no significa que el FMI sienta alguna simpatía por la población panameña, sobre todo por los más vulnerables. Esto queda claro en la propuesta de este organismo en relación a los impuestos. Siendo cierto que en Panamá el grueso de la evasión fiscal se encuentra en la que se origina por parte de las personas jurídicas (11.0% del PIB), es decir la empresa privada, sería lógico que el FMI sugiriera poner la mano dura sobre las mismas. Sin embargo, esto no es lo que hace este organismo, cuyo único real interés es defender los intereses del capital financiero.
Es así que en la búsqueda de nuevos ingresos para asegurar que el Estado pueda seguir pagando puntualmente el servicio de la deuda, se debe, de acuerdo al FMI, presionar aún más a las personas naturales, es decir a la población.
El FMI propone aumentar la tasa del ITBMS, que es un impuesto efectivamente, regresivo, ya que considera que el 7.0% es muy bajo. También propone elevar el precio de los combustibles y presionar sobre los posibles incumplimientos fiscales de las personas naturales. La empresa privada corporativa obviamente no es el objetivo, pese a su alto nivel de evasión.
Como era de esperarse el FMI señala que la carga de la estabilización financiera del programa de pensiones de beneficio definido se debe lograr cargando el costo a los asegurados. En términos concretos propone las medidas paramétricas, esto es aumento de la edad de jubilación, incremento del tiempo de cotización (densidad), elevación del monto de las cuotas y reducción de la pensión a recibir por los nuevos pensionados. También propone las llamadas medidas no paramétricas. Entre estas se ha venido barajando la posibilidad de pasar a prácticamente todos los asegurados a la modalidad de las cuentas individuales, que generan pensiones de miseria, pero grandes ganancias a las empresas privadas que las administran.
Es importante, teniendo esto en cuenta, que la población se prepare para enfrentar la nueva ofensiva del FMI, el capital financiero transnacional y los sectores económicamente dominantes locales.
Panamá 4 de marzo de 2024
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