Por Ramiro Guerra. Jurista, Escritor Y Cientista Político.
Elartículo V del tratado de neutralidad permanente, negociado entre Panamá y los Estados Unidos, solo da lugar a una sola interpretación.
Después de la fecha de vencimiento del tratado del canal de Panamá, solo este podrá mantener sitios y bases militares.
Soy del criterio, que ni bases y sitios militares. La razón es sencilla, la constitución nacional, señala que nuestro país, no tendrá un ejército que tenga los rasgos con connotación militar.
La tesis de que es viable presencia militar para asegurar la seguridad y defensa del canal, es de autoría de los Estados Unidos. No tiene fundamento alguno, en tanto que el canal, es indefendible. Lo que asegura su integridad, precisamente lo es neutralidad, que garantiza, que el mismo mantendrá sus puertas abiertas, aún en el evento de un conflicto bélico.
Vamos más lejos, de acuerdo con el tratado de neutralidad permanente, los Estados Unidos, no puede intervenir unilateralmente en Panamá. Panamá, tiene que dar su consentimiento para un evento que ponga en peligro la navegación por el canal. Es decir, por lo señalado, Panamá no puede dar consentimiento alguno, para situaciones que no sea, la arriba señalada.
Para los panameños, causa mucho malestar, el hecho de que la presidencia del país, ha devenido un centro se permanentes visita de altas autoridades militares de los Estados Unidos.
¿ Defender el canal). ¿ frente a quién o quienes? Si así fuese, está lejos de los prescribe el tratado de neutralidad permanente.
No se nos informa con la verdad. Aunque conjetura, la actitud del gobierno, deja la impresión de que estamos embarcados en una suerte de alianza militar con USA, que nos lleva a ser parte de la estrategia político- militar de los Estados Unidos, de dominar y controlar la región. Estados Unidos nos ha involucrados en sus conflictos de geopolítica y desafortunadamente con la anuencia y complicidad de las autoridades panameñas.
Lo reitero, el gobierno actúa con irresponsabilidad, al permitir, que Estados Unidos, tenga presencia militar en el territorio y en particular en el canal.
Resulta evidente, pese que la constitución nacional, prohíbe ejército y estamentos militar. Solo componentes policiacos, los Estados Unidos nos está llevando a un militarización de la fuerza policiaca.
Lamentable y censurable, que sea el propio gobierno, que no repare en el tratado de neutralidad permanente y en la constitución nacional.
Lo anterior nos deja mal parados, en el plano internacional. Sin embargo, existiendo la anuencia de muchas naciones, de solidarizarse con nuestro país, resulta que es el propio gobierno que rechaza ese apoyo de la comunidad internacional.
Ese posición del presidente de Panamá, que es un problema nuestro con los Estados Unidos y no requerimos solidaridad alguna, envía mensajes negativos, sobre nuestra real condición de país soberano.
Al país y a los panameños, no queda otra que retomar la consigna, el objetivo, de «un solo territorio y una sola bandera».
¡BASES NO!