Últimas Noticias...

Fueron horas y minutos eternos

Por: José Dídimo Escobar Samaniego

Cómo olvidar como el Ejército Norteamericano se ensañó y humilló nuestra enseña patria. La nuestra bandera fue pisoteada, ultrajada en extremo. A los que pidieron la invasión y derivaron beneficios de ello, eso nunca les preocupó, porque ellos no aman la patria, sino sus cajas registradoras, pero a nosotros los patriotas, eso nos causó un profundo e inmenso dolor, pero también nos hizo quererla más.

 

Recuerdo el 20 de diciembre de 1989, como si fuera ayer. En medio de la nocturnidad, se empezaron a escuchar las ensordecedoras y atroces explosiones, de un bombardeo consecutivo e interminable que estremecía la quietud de una población que dormía y se preparaba para celebrar la navidad más triste que conozca nuestra historia.

Hoy sabemos que el Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos establecido en nuestro territorio, tenía la orden de proceder desde el 16 de diciembre, y su propósito era destruir no solo a las Fuerzas de Defensa, sino y sobre todo destruir al país para poder revertir el proceso descolonizador que luego se salvaría en razón de la Gracia de Dios con nuestro pueblo, la solidaridad internacional y del triunfo de Clinton, su relación de respeto con el firmante por la parte norteamericana, Jimmy Carter, como y la derrota del partido republicano que se resistía a entregar el Canal y sobre todo desmantelar las bases militares que tenían establecidas aquí. El otro propósito del Ejército de Estados Unidos, era simplemente someter al laboratorio del combate real, en un escenario real, el experimento de sus nuevas armas, como el avión bombardero stealth, armas de rayo lasser que desintegraban personas y elementos y otros detalles más, no poco relevantes desde el punto de vista militar y geopolítico.

El primer ataque se dio al cuartel Central, pero simultáneamente se atacó a la base de Río Hato y se ensañaron con rabia inusitada contra la escuela Instituto General Tomás Herrera y la Escuela de Oficiales Benjamín Ruiz. atacaron también a Colón. En el ataque en la madrugada a Panamá Viejo, el ejército norteamericano quedó empantanado frente a la playa de Panamá Viejo. La Lama, como si cumpliera una tarea patriótica, atrapó por varias horas al ejército más moderno del mundo y no pudieron cumplir el objetivo de la toma del Cuartel de Panamá Viejo.

Ese día se sembró tanta violencia, todo dirigido a penetrar en los poros y el tuétano de los panameños, un terror inaudito, mismo que paralizó a muchos y asesinó a no pocos patriotas que aún no sabemos en dónde fueron enterrados o quemados.

Meses más tarde se abrió una de las fosas comunes y descubrimos ese día que, casi todos los cientos de panameños que fueron tirados allí en ese inmenso hueco, en el Jardín de Paz, estaban con un disparo en la nuca, signo de que fueron rematados por el Ejército Norteamericano, en un proceso sumario y fueron asesinados, no en combates y respetando las reglas del derecho de la guerra, sino en simples y arteros crímenes de las cuales algún día, ese gobierno tendrá que responder.

Tiene que haber justicia para que los panameños podamos pasar esa triste página, que no ha podido ser cerrada del ciclo de nuestra historia, porque algunos se resisten al examen crítico de semejante perversidad que le costó la vida a miles de compatriotas, y a pesar de todo, hoy hemos entrado en una vorágine de violencia que tiene su origen en el desbordamiento inconmensurable de esos aciagos días. Busqué a valientes por esos días y no encontré a muchos. Dios quiso que yo viviera, quizás para poder conocerlo, como lo conozco ahora, pero también para ser testigo de la cobardía que antecedió a la avaricia. La grandeza y lo patriótico fueron archivados y tirados en el callejón de la vergüenza.

Ha faltado vergüenza, y han sido muy cobardes y genuflexos todos los gobiernos que desde entonces se han sucedido y a pesar de ser la invasión norteamericana el hecho más violento y criminal de nuestra historia, y habiéndole cegado la vida a tantos panameños inocentes, faltó por más de 32 años, la entereza para declarar este día, como un día de duelo, queriendo con esa actitud  de renuncia y postración de nuestra dignidad nacional, complacer a quienes vinieron a matar cobardemente a nuestros hermanos.

Hace algún tiempo, una distinguida abogada panameña, Gilma Camargo, que había interpuesto una demanda ante la Corte Interamericana de Justicia, ésta le concedió la demanda y sabemos que lejos de ser un acto de fuerza para imponer la democracia, aquel acto cobarde y nocturno, asesinó a miles de inocentes que deben ser reivindicados como crímenes de guerra y violación flagrante del más importante derecho humano, el derecho a la vida.

Hoy el país, se ahoga en el mar de la corrupción que propiciaron los que decían que amaban la libertad y la democracia. La descomposición ha llegado a niveles insospechados, en donde todas nuestras instituciones desfallecen y andan moribundas. Ya lo escribía el profeta Isaías así: «Así es, sabemos muy bien lo pecadores que somos. Sabemos que nos hemos rebelado contra el Señor y también lo hemos negado; le hemos dado la espalda a nuestro Dios.

Sabemos que hemos sido injustos y opresores, preparando con cuidado nuestras mentiras engañosas.

Nuestros tribunales se oponen a los justos, y no se encuentra justicia por ninguna parte.

La verdad tropieza por las calles y la honradez ha sido declarada ilegal.

Sí, la verdad ha desaparecido y se ataca a todo el que abandona la maldad». Isaías 59: 13,14 y 15. NTV

Como consecuencia de esa crueldad ensañada contra nuestra nación, hoy, los sectores que pidieron la Invasión de hace 35 años atrás, ahora intentan apropiarse de las reservas de la CSS, una institución histórica que garantiza la paz social en el país y pretenden también ordenar la reapertura de la minera First Quantum Mineral Ltd., esa misma empresa que nos robó miles de millones de dólares en oro, cobre y otros minerales de alto valor económico, sin tener contrato con el Estado panameño desde el 21 de diciembre de 2017, porque la herida de hace treinta y cinco años continúa abierta, y al pueblo humilde y sencillo, le toca hacer lo que corresponde para sanar las heridas y darnos un estado verdaderamente democrático en donde todos los panameños, sin distingo alguno, encuentren la protección y tutela de su dignidad.

¡Por un país decente y una patria para todos!

7 Hay varios Likes:) Gracias...

calificar

User Rating: 4.15 ( 8 votes)
Compartir

Sobre El Periódico

El Periódico de Panamá. Revista de Análisis, Político, Económico, Social y Cultural.

Ver Artículo

Rechazan en Panamá crímenes de invasión militar de EEUU en 1989

Ciudad de Panamá, 15 dic (Prensa Latina) A 35 años de la invasión militar de …

Deja una respuesta