Por. Jaime Flores Cedeño
La Gesta del 9 de enero de 1964 tiene distintos significados dentro de un contenido histórico. Su manifestación pública se debió a la conciencia patriótica que se desarrolló desde la firma del Tratado Hay – Bunau Varilla de 1903, que contó con la aprobación de liberales y conservadores, no obstante, el sentimiento antiestadounidense evoluciona en el siglo XIX, teniendo eventos trascendentales, como el Incidente de la Tajada de Sandía en 1856, y el levantamiento popular de Pedro Prestán, en 1885, que le hace frente a la intervención USA, en la provincia de Colón.En lo que respecta a la Gesta, tenemos, que para el año 1964, Panamá, era un país con poco más de un millón de habitantes, donde las casas “brujas” pululaban en la ciudad y un gran porcentaje de ciudadanos estaba inmerso en la pobreza. La burguesía se había turnado en el poder del Estado a partir de 1903, por medio de partidos políticos, cuyos caudillos (en su mayoría potenciados comerciantes) gobernaban para beneficio de sus intereses de clase.
Su llegada a la Presidencia siempre estaba empañada por denuncias de fraude, corrupción, compra de votos y apoyo estatal. Cuando las élites impulsaban una negociación directa con los Estados Unidos referente al Tratado, lo hacían para ventilar sus intereses económicos afectados en la Zona del Canal por los comisariatos y mercancías importadas exoneradas de impuestos.
Esto se observó en 1904, con el Convenio Taft, en 1926, por medio del fallido Tratado Kellogg-Alfaro, al firmarse el Tratado Arias-Roosevelt en 1936, y con la puesta en vigor del Tratado Remón-Eisenhower de 1955.
Producto de la presión popular se lograron algunas reivindicaciones en los distintos tratados, principalmente, en materia de anualidad, pero no se tocaba el núcleo del problema, que consistía en ponerle fin al tratado de 1903 y, por consiguiente, a la colonia estadounidense que laceraba el sentido de Patria y Nacionalidad.
Las clases dominantes se sentían cómodas con esta presencia, al punto que invocaban la intervención militar, cuando creían peligrar su control político, ejemplo se suscitó en 1925 con la Huelga Inquilinaria.
Al entreguismo, se contraponían las expresiones populares representadas en los trabajadores y sus sindicatos, la Federación de Estudiantes de Panamá, el Frente Patriótico de la Juventud, la Asociación Federada del Instituto Nacional, Asociaciones de Mujeres, el Partido del Pueblo, el Partido Socialista, gremios magisteriales y organizaciones del interior de la República, que estuvieron a la vanguardia de la lucha anticolonial.
La represión institucional en contra de sus dirigentes se daba de forma administrativa con la expulsión de estudiantes y profesores. En el orden físico, se llevaban a cabo arrestos y represiones. No podemos olvidar la acaecida en 1947, con el rechazo del Convenio Filós-Hines, donde cayó herido el estudiante institutor Sebastián Tapia y los muertos de mayo de 1958 que pedían mejores condiciones en los planteles, recordamos al estudiante José Manuel Araúz, del Artes y Oficios, que fue el primer abatido en esa jornada.
Los antecedentes del 9 de enero de 1964 se encuentran en la lucha del movimiento estudiantil y popular referido, que despliega desde inicios de la República y adquiere mayor vigor en la década del 40, al calor de movilizaciones y protestas, destinadas a recuperar la soberanía en la Zona del Canal.
Lo que se dio en Panamá hace 59 años fue una insurrección popular, iniciada por estudiantes del Instituto Nacional, quienes marcharon de forma pacífica hacia la escuela secundaria de Balboa para izar el emblema Patrio y cumplir acuerdos previamente establecidos.
Los gendarmes coloniales, con su mayor antagonismo respondieron con balas la iniciativa estudiantil, hecho que cobró la vida de 21 panameños y cientos de heridos, todos héroes y mártires del pueblo, que estuvieron a la altura de los acontecimientos.
El gobierno de Roberto F. Chiari, al recibir el informe de la masacre que se estaba dando y producto de la presión popular, no le quedó otro camino que ponerse al lado del pueblo y decide romper relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Esta decisión nos hizo respetar como Nación y marcó el inicio de entendimientos que culminaron con la firma de los Tratados Torrijos-Carter el 7 de septiembre de 1977.
Cada uno de estos eventos nacionales que llenan las páginas de la historia de dignidad y patriotismo, deben formar parte del contenido curricular del sistema educativo, con el fin de enseñarle a las generaciones en ascenso los fundamentos teóricos y prácticos de nuestra nacionalidad, la cual tuvo momentos estelares de lucha, sangre y dolor, como sucedió con la Gesta del 9 de enero de 1964.
Hubo muchos panameños que empuñaron en alto el emblema nacional ante la agresión que se vivía en esos aciagos días, todos merecen nuestro más digno reconocimiento, uno de esos héroes fue César “Pipo” Sánchez, quien falleció en el 2022 y a quien le dedicamos este escrito,
Aprovechamos, también, para hacer un digno homenaje a los profesores Raúl González y Miguel Ángel Candanedo, quienes, en tribunas y marchas, hacían siempre conciencia nacional sobre la Gesta y el valor de continuar resaltando la nacionalidad.
2 Hay varios Likes:) Gracias...