Por Ramiro Guerra Morales.
Abogado y cientista político.
En una ocasión, un amigo psicólogo, preocupado siempre por los problemas del país, me dijo que no hay peor mal para los políticos y gobiernos que el tomar, como referencia para su accionar, su realidad o lo que piensan que es la realidad. Se trata de un apriorismo que suele conducir a errores; de una especie de seudo conciencia o lectura equivocada de lo que ocurre en el mundo de la realidad.Captar la realidad, tal como se nos presenta, es una especie de fotografía que puede dar lugar a predicciones pero, como se suele decir, todo está en movimiento y un enfoque tipo fotografía, no necesariamente nos arroja elementos de lo que en el tiempo y espacio, pueda ocurrir.
Si me preguntarán, si las elecciones fueran hoy volvería el PRD, ha ganar? Yo creo que no; quedaría como furgón de cola. Pero, concluir que, ese va a ser el escenario en las próximas elecciones, es un error. Faltan dos años y mucha agua correrá bajo el puente. Sin embargo, en política, los errores se pagan caro y la realidad pasa facturas. En mi opinión, en esto están claros algunos cuadros y dirigentes de esa organización. Creo que, hasta cierto punto, éste fue uno de los ejes de la reciente contradicción del secretario general del PRD y algunos miembros de la cúpula del gobierno.
Según Gramsci, lo colectivo tiene un sentido más previsor que los que se ocupan de la labor de gobierno. Guardando las proporciones del enfoque teórico gramsciano, el partido es como el moderno príncipe; es allí donde se forja una visión de país y estado. Lo anterior es lo que me lleva a sostener como acertado el planteamiento de que se requiere un cambio o vuelta de timón en la forma como, hasta ahora, se ha venido ejerciendo el poder.
A mediano plazo, políticamente, las facturas de realidades mal entendidas o interpretadas lo pagará esa organización política. Y esto vale para todos los partidos, el gobierno se va, pero queda la organización.
La relación partido – gobierno no puede ser una de sumisión y subordinación. Este error, lo hemos visto a lo largo de nuestra historia. Pero, como digo, estamos a dos años de la contienda electoral y por ahora podemos aproximarnos a simples pronósticos. La dinámica social y no la variable tiempo tendrá la última palabra.
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