Juan Carlos Mas C.
Las ideas que a continuación se anuncian se han ido formulando como artículos de prensa publicados separadamente en distintos periodos al calor de una idea guía, la de concurrir al debate (o producirlo cuando no existe) sobre la necesaria reforma de la organización actual de la atención médica para los usuarios del sistema de salud. Estas aportaciones, pese a haber sido elaboradas a lo largo de un periodo guardan entre sí unidad temática, tanto que albergamos el temor de que el lector pudiera encontrar en ellos el sabor de una letanía reiterativa. No obstante, la coherencia del tema permitía que pudieran ser engarzadas en una sola publicación cosa que hicimos primeramente. En el esfuerzo actual, al encontrar que los problemas formulados y las propuestas consiguientes permanecían, no solo inalterados sino agravados, decidimos purgar al trabajo inicial de todas sus alusiones temporales y de la correspondencia citada en aquella ocasión añadiéndole trabajos recientes que encajan en la continuidad temática. La vigencia del tema viene cobrando cuerpo como una bola de nieve que se hace más voluminosa cuanto más inminente es. Esta actualidad está remarcada por la incorporación incrementada de gremios profesionales a la discusión del tema.
Los escritos abordan un periodo cuyas páginas no se han cerrado. Los temas que motivaron estos escritos han pasado de una coyuntura a otra sin perder su actualidad. Por fuerza el lector encontrará la impronta de la experiencia del autor dentro de la Institución de Seguridad Social, lo cual les da un tinte institucional específico a sus propuestas. Hemos procurado depurar a los documentos de cualquier alusión al marco político (forma o continente del problema abordado), para no desviar al lector del aspecto técnico (esencia o contenido), aspirando a que tirios y troyanos encuentren una lectura común de un problema acuciante, el cual si se aborda correctamente pudiera contribuir a relanzar el proyecto nacional panameño desde nuevas plataformas de unidad. Así lo aspiramos. El debate debe analizarse a la luz de nuevos hechos que configuran un marco mayor del mismo: Ya no sólo estamos determinados por el contexto nacional sino por un contexto internacional en donde la globalización de los problemas es el factor determinante del eje de análisis.
Un resumen apretado de los problemas que agobian al mundo puede esquematizarse en cuatro temas centralizados: 1-La guerra o la violencia, la cual en gran medida escapa del ámbito militar para impregnar la vida civil y transformarse en problema vecinal (con repercusiones sanitarias). 2-La población o el problema demográfico, en donde los recursos se relativizan y se hacen exiguos frente a una demografía que el propio modelo de desarrollo coloca por fuera del sistema económico y que por lo tanto no opera como motor sino como anclaje. 3-El problema alimentario, determinado por la insuficiencia relativa de los mismos, por su inaccesibilidad y por mecanismos que alteran su disponibilidad real. 4-El problema ecológico y el de la contaminación que es colofón y marco de los problemas enunciados por cuanto que todos ellos inciden e interactúan entre sí.
El problema ecológico es determinado por un modelo de desarrollo equivocado al cual hemos dedicado las páginas de otra obra. Ahora queremos resaltar que la universalidad del problema ha producido una corriente de «ecologización de las ciencias». Esto consiste básicamente en que disciplinas que discurrían anteriormente por caminos divergentes se tocan ahora entre sí en la valoración de los efectos que cada una de ellas tiene sobre el entorno. Para nuestra discusión de un nuevo modelo de atención médica nos es de gran utilidad la utilización de la terminología científica, elaborada, por la ciencia ecológica, para el estudio de las comunidades de seres vivos y su relación con el ambiente. ¡En efecto desde algunos pensadores o analistas de! sistema sanitario (de los cuales es obligante citar a J.R. Esquivel), lanzaron el reto de impregnar a nuestras acciones de un matiz y una esencia comunitaria. Sin embargo, no pocas veces este concepto fue inadecuadamente interpretado como una vocación ruralizante y polvorienta de las acciones de salud y por lo tanto no aplicable al entorno urbano.
En propiedad la ecología define a la comunidad como el producto de la ecuación entre una población más su territorio. Vista así la familia no es más que una población con su ámbito territorial (hogar y trabajo), constituyendo la expresión más reducida de comunidad. Si estudiamos el contenido de la ecuación ecológica encontraremos la respuesta para muchos frustrados intentos de abordar la reforma de la atención médica haciendo hincapié tan sólo en la demografía, en los números de usuarios potenciales del sistema, sin tomar en cuenta el territorio que define a la comunidad (casos del médico de cabecera y el de adscripción). A lo largo del presente trabajo encontraremos la reivindicación de la territorialidad de los servicios como una brújula (o quizás tabla de salvación), del sistema. Si se comprende esto habremos satisfecho ·las aspiraciones que nos motivaron a presentar este aporte el cual publicaremos posteriormente.
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