Benyamin Netanyahu, primer ministro de Israel, con una coalición mayoritaria en el parlamento, pero claramente minoritario entre sus conciudadanos, amenaza con atacar Líbano. Si realmente llega a iniciarse esa operación, el ejército israelí no podrá vencer al Hezbollah sin ayuda externa. Estados Unidos tendrá que intervenir para salvar el Estado hebreo. Pero en vez de implicarse directamente en una guerra terrible y espantosa, Washington podría más bien apoyar un golpe de Estado militar en Tel Aviv.
El jefe del estado mayor israelí, el general Herzi Halevi, se reunió recientemente con los jefes de los estados mayores de Arabia Saudita, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Jordania para informarles, en virtud de ciertos acuerdos firmados con esos países, que Israel atacaría Líbano durante la noche del 22 de junio.
La revelación sobre esa reunión “secreta” rápidamente recorrió la red de redes. Diversas fuentes la confirmaron y de paso se supo que Israel concluyó un acuerdo con Arabia Saudita, lo cual permite comprender por qué Arabia Saudita participó, junto a los socios de la OTAN, en la defensa de Israel cuando Irán respondió con drones y misiles, el 14 de abril, al bombardeo israelí contra la embajada iraní en Damasco.
Durante toda la jornada del 22 de junio, las cancillerías del mundo entero estuvieron en un estado de total agitación, emitiendo informes y declaraciones contradictorias. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que el conflicto israelo-palestino no puede resolverse por la vía de las armas. «Los pueblos de la región y del mundo no pueden permitir que Líbano se convierta en una nueva Gaza (…) Numerosas vidas se han perdido ya de ambos lados de la Línea Azul, decenas de miles de personas se han visto desplazadas, casas y edificios han sido destruidos (…) Municiones sin detonar (…) constituyen una amenaza adicional para los habitantes de Israel y de Líbano, así como para el personal de las Naciones Unidas y el personal humanitario (…) Es hora de que las partes se impliquen de manera práctica y pragmática en las vías diplomáticas y políticas que se les ofrecen», dijo Guterres en conferencia de prensa.
Pero Israel rechaza toda negociación y el Hezbollah, decidido a no abandonar a los palestinos, ha subrayado que no negociará la delimitación de la frontera entre Líbano e Israel mientras continúe la masacre contra la población de la franja de Gaza
El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, respondió al secretario general de la ONU: «Israel no puede permitir que la organización terrorista Hezbollah siga atacando su territorio y a sus ciudadanos y pronto tomaremos las decisiones que se imponen. El mundo libre debe mantenerse incondicionalmente junto a Israel en su guerra contra el eje del mal dirigido por Irán y el islam extremista. Nuestra guerra es también la guerra de ustedes y la amenaza de Nasrallah contra Chipre es sólo un inicio.» [1].
Mientras tanto, ambos bandos han multiplicado las escaramuzas.
Israel abrió fuego de artillería sobre Yarun (Bint Jbeil) y Naqoura (Tiro). También bombardeó con fósforo blanco una zona situada entre las localidades libaneses de Taybé y Deir Seriane, desatando un incendio en ese sector. Durante la noche, la localidad libanesa de Khiam fue blanco de 2 ataques israelíes consecutivos. La aviación israelí atacó también el barrio de Kandouli, en Meiss el-Jabal.
Por su parte, el Hezbollah anunció haber realizado al menos 4 ataques durante la jornada. Uno de ellos tuvo como blanco la instalación militar naval de Ras Naqoura (designada en Israel como Rosh Hanikra, frente a Naqoura) con «varios drones-suicidas, en respuesta al ataque israelí contra Deir Kifa (en Tiro)», ataque que había costado la vida a un combatiente del Hezbollah el pasado jueves. El Hezbollah aseguró haber destruido «parte de la instalación y causado varios heridos». También atacó con un drone-suicida lo que describió como «una base de la artillería israelí» en Za’oura, norte de Israel, y realizó ataques contra instalaciones israelíes en Rouaissat el-Qarn y Zebdine, en la región disputada de las “Granjas de Chebaa”, así como en Sammaka, al nivel de las colinas de Kfarchouba.
Estados Unidos, que desde el 29 enero aconseja a sus ciudadanos no viajar a Líbano, alegando que se arriesgarían a ser secuestrados [2], guarda silencio mientras que la misión de Irán ante la ONU advertía en la red social X: «Toda decisión imprudente del régimen ocupante israelí con tal de salvarse podría sumir la región en una nueva guerra, cuya consecuencia sería la destrucción de las infraestructuras de Líbano así como de las de los territorios ocupados en 1948. No cabe duda de que en esta guerra habrá un gran perdedor, que será el régimen sionista. El Movimiento de la Resistencia libanesa, el Hezbollah, es capaz de defenderse y de defender el Líbano –quizás ha llegado el momento de la autodestrucción de ese régimen ilegítimo.» [3]
La correlación de las fuerzas militares ha cambiado considerablemente desde la guerra israelo-libanesa de 2006 [4]. En aquella época el Hezbollah carecía de verdadera experiencia combativa.
Hoy, el Hezbollah libanés cuenta con la experiencia acumulada durante los 12 años de guerra en Siria contra los yihadistas armados por la OTAN y protegidos por la aviación de Israel [5]. Al parecer, el Hezbollah dispone actualmente de un cuerpo de fuerzas especiales (Radwan) que cuenta 2 500 hombres. Tendría además 20 000 combatientes bien entrenados y en total disposición combativa, al menos 30 000 “reservistas” y unos 50 000 combatientes que considera poco experimentados.
El Hezbollah, que antes sólo tenía cohetes de corto alcance, hoy dispone de miles de proyectiles de todo tipo, incluyendo 150 000 misiles guiados, miles de misiles Zelzal (“Terremoto”), cuyo alcance sobrepasa los 120 kilómetros, y varios cientos de misiles guiados Fateh-110 (“Liberación”-110) [6], cuyo alcance es de 300 kilómetros, y sigue teniendo decenas de miles de proyectiles de corto alcance, como los Fajr-1, de fabricación iraní, y los Type-107, de fabricación china. Ese gigantesco arsenal de misiles debería permitirle saturar el sistema israelí de defensa antiaérea Cúpula de Hierro. [7]. Y aunque no llegase a saturarlo, el Hezbollah ya ha demostrado, desde diciembre de 2023, que es capaz de destruir elementos del sistema antiaéreo israelí Cúpula de Hierro, privándolo así de su capacidad operativa.
Pero quizás lo más importante es que el Hezbollah también dispone ahora de misiles tierra-aire Sayyad-2 (o sea, “Cazador”-2) y quizás de baterías antiaéreas rusas SA-22 Pantsir [8]. Con los misiles antiaéreos Sayyad-2, el Hezbollah puso fin a 76 años de supremacía aérea israelí el pasado 20 de mayo. Si bien no es completamente seguro que el Hezbollah esté en condiciones de derribar aviones a gran altitud es al menos evidente que ya puede destruir helicópteros y aviones a baja altitud.
Otro detalle: el Hezbollah ha adquirido todo tipo de drones, como los Al-Hodhod que sobrevolaron Haifa, donde filmaron a su antojo el puerto, la base naval más importante del Estado hebreo y la fábrica de armamento de la empresa militar israelí RAFAEL sin ser detectados por los radares de Israel.
Y, para terminar, el Hezbollah dispone ahora de misiles antitanque rusos AT-14 Kornet y Toophan iraníes, de misiles crucero rusos antibuque Yakhont y de blindados pesados, como el tanque ruso T-72.
Todo lo anterior parece indicar que Israel no sería capaz de enfrentar al Hezbollah libanés sin una intervención estadounidense… y nadie sabe lo que podría suceder en Estados Unidos si el Pentágono tuviese que mantener por tiempo indefinido su indefectible apoyo a su golem israelí.
Ante esa perspectiva, la oposición a la ocupación israelí, sentimiento que ha ganado rápidamente terreno entre los jóvenes electores estadounidenses, se convierte en un problema. Para tener esperanzas de ser reelecto, el presidente Biden tendría que desvincularse de la guerra israelí contra Gaza. Pero eso significaría la desaparición del Estado hebreo.
Por otro lado, la intervención de Estados Unidos en esa guerra provocaría muy probablemente la de Irán. Y ya sabemos, desde el 14 de abril, que Irán dispone de misiles hipersónicos, quizás de origen ruso, que los ejércitos de las potencias occidentales son incapaces de interceptar [9].
¿Cómo han podido Rusia y el Eje de la Resistencia lograr tan importantes progresos en materia de armamento? En 2012, la inteligencia israelí ya afirmaba que el Hezbollah había multiplicado por 400 (cuatrocientos) su volumen de fuego. Y no se trataba sólo de cantidad –hoy en día hay que tener en cuenta el cambio cualitativo del armamento que posee la resistencia libanesa [10].
El cambio se produjo durante la agresión occidental contra Siria. Desde Red Voltaire lo describimos ampliamente, pero la prensa atlantista ignoró o denigró nuestras observaciones. Y lo hizo porque su misión era convencer a las opiniones públicas de Occidente de que Siria era un Estado débil y hacerles creer que los yihadistas en sandalias iban a derrocar la República Árabe Siria. Sin embargo, hoy son todos los ejércitos de la OTAN los que muestran un estado calamitoso –exceptuando las capacidades nucleares de Francia y de Estados Unidos. Y cuando hablamos del estado calamitoso de los ejércitos de la OTAN nos referimos no sólo a sus capacidades en materia de disuasión sino también a su armamento convencional, anterior a 1991. Durante 23 años, la OTAN se convirtió en una coalición supuestamente “antiyihadista”, ciertamente fuerte pero incapaz de librar una guerra de alta intensidad.
Cuando prevé destruir las pistas de las bases aéreas de Israel, el Hezbollah anticipa el traslado de la aviación israelí a las bases militares británicas de Akrotiri y Dekelia, en Chipre. El líder del Hezbollah, Hassan Nasrallah, advirtió al gobierno chipriota que si abre su territorio a la aviación israelí, la resistencia libanesa interpretará esa concesión como una participación de Chipre en el conflicto y ese país tendrá que atenerse a las consecuencias.
Desde que iniciaron la operación Espada de Hierro contra la población de Gaza, el 8 de octubre de 2023, las fuerzas armadas de Israel están perpetrando una masacre de masas, mientras que el Hezbollah se empeña en hacer la menor cantidad de víctimas posible. Más de 37 000 civiles palestinos han muerto en los bombardeos de Israel contra la franja de Gaza, sólo una quincena de soldados israelíes han muerto en los ataques de la resistencia libanesa y 300 combatientes del Hezbollah han caído en los ataques de Israel contra el territorio libanés. A primera vista, ese desigual balance proyecta la impresión de que Israel sigue siendo el más fuerte, pero lo que en realidad muestra es que el Hezbollah está tratando de evitar una guerra que sabe sería terrible.
En todo caso, ya estamos ante el cambio en la correlación de fuerzas. Y ese cambio ya no es reversible, ni a corto ni a mediano plazo. Así las cosas, es increíble ver a la OTAN seguir comportándose como si todavía fuese dueña del mundo. Esa obstinación hará su caída todavía más dolorosa.
Para Estados Unidos, y también para Israel, lo menos doloroso sería favorecer un golpe de Estado militar en Tel Aviv. Ya en este momento, un millar de oficiales superiores y suboficiales se han reunido alrededor de la consigna «Quien piense que hay una maniobra en Rafah se equivoca. ¡El que sabe que no la hay y dice que sí existe, miente!» [11]. Esos oficiales paracen estar listos.
No se sabe qué decidirá la Casa Blanca, pero el más alto funcionario del Departamento de Estado directamente vinculado al asunto –el subsecretario de Estado adjunto para los asuntos israelo-palestinos, Andrew P. Miller– dimitió el 22 de junio. El Departamento de Estado asegura que dimitió por una razón personal, pero todos saben que Miller se oponía a la estrategia del Bear-Hug, «el cariño del oso» del presidente estadounidense Joe Biden [12]. Fue precisamente Miller quien puso en marcha las sanciones estadounidenses contra los supremacistas judíos.
[1] שראל כ”ץ Israel Katz, X, 22 juin 2024.
[2] “Lebanon Travel Advisory”, Departamento de Estado, 29 de enero de 2024.
[3] I.R.IRAN Mission to UN, NY, X, 22 de junio de 2024.
[4] L’Effroyable imposture 2, Thierry Meyssan, Éditions Alphée.
[5] De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las «primaveras árabes», Thierry Meyssan, Prólogo: Alfredo Jalife-Rahme, Orfila (2017)
[6] «Afirma fuente israelí que Siria proporcionó misiles Fateh 110 al Hezbollah», Al-Manar. (Líbano), Red Voltaire, 27 de febrero de 2010.
[7] “US concerned Israel’s Iron Dome could be overwhelmed in war with Hezbollah, officials say”, Natasha Bertrand Alex, Marquardt Kylie Atwood y Jennifer Hansler, CNN, 20 de junio de 2024.
[8] “US intel suggests Syria’s Assad agreed to send Russian missile system to Hezbollah with Wagner group help”, Natasha Bertrand, Zachary Cohen y Katie Bo Lillis, CNN, 2 de noviembre de 2023; y “Russia’s Wagner Group Plans to Send Air Defenses to Hezbollah, U.S. Says”, Michael R. Gordon, Wall Street Journal, 2 de noviembre de 2023.
[9] «Los misiles hipersónicos de Irán nos devuelven a los tiempos de la “disuasión por el terror”, según Scott Ritter», por Alfredo Jalife-Rahme , La Jornada (México), Red Voltaire, 21 de abril de 2024; y «Thierry Meyssan révèle le dessous des relations irano-israéliennes». Le Courrier des stratèges, YouTube. Es importante señalar que en este video, disponible sólo en francés, el autor indica por error que Siria se opuso a la guerra de Occidente contra Irak.
[10] «Israel ya no es más que un tigre de papel», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de diciembre de 2012.
[11] «Les officiers de réserve à Gaza en colère: donner des ordres clairs pour occuper Rafah, sinon, tout doit être terminée», Infos Israël news, 5 de junio de 2024.
[12] “State Dept. expert on Israeli-Palestinian affairs resigns amid Gaza crisis”, John Hudson, The Washington Post, 21 de junio de 2024.