El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Josep Borrell Fontelles es un político español, vinculado desde muy joven a las ideas de izquierda y luego del liderazgo de Felipe González, se convirtió en quien podría haberle desafiado en la conducción del Partido Socialista Obrero Español, pero pasó a una vida gris hasta que desde el 1 de diciembre de 2019 ocupa el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, en el ejecutivo comunitario de Úrsula Von Der Leyen.
Recientemente convertido en garrotero y justificador de las andanzas de la OTAN que, antes criticó, ha decidido venir a Latinoamérica, justo cuando todavía está fresca la conferencia que mantuvo el secretario de Estado de USA, Anthony Blinken con un grupo de cancilleres de nuestra región.
Parece que viene mañana a nombre de Europa, a remachar los clavos del fardo que quieren que carguemos con alegría, producto de su conflicto con Rusia escenificado en Ucrania y que fue el resultado de un plan por cercarla, extendiendo los dominios de la OTAN y ponerle misiles nucleares en las fronteras de Rusia, y sin que reconozcan que, por lo mismo, en 1962, hubo una crisis nuclear por la decisión de Rusia de emplazar misiles en Cuba en razón de similar acción de USA en Turquía en aquella ocasión, crisis que, se resolvió por vía de diálogo y acuerdo entre las partes, cosa que hoy Europa prefirió eludir y alimentar el aumento de la crispación y confrontación y quieren ahora que, nosotros, no solo suframos las consecuencias de las dantescas sanciones que se han convertido en una verdadera autofagia, sino que, en el caso de Panamá, a pesar de todo lo que ha hecho Europa para desprestigiar perversamente a Panamá a través de Panamá Papers, habernos metido deliberada e injustificadamente, en toda clase de listas negras, grises y desteñidas, intentando destruir nuestro Centro Financiero Internacional, ahora se aparecen, habiéndonos causado daño severo a nuestra economía, y a nuestra imagen, a que nosotros nos enfrentemos a Rusia y a China, dinamitemos la neutralidad del canal y del país, y le impidamos de manera arbitraria el paso de los barcos rusos y eventualmente chinos por el Canal y lo que sería un disparo a nuestra propia cabeza.
No podemos olvidar lo que expresa la norma constitucional panameña respecto a la neutralidad del Canal cuando en el artículo 315 dice textualmente: “El Canal de Panamá constituye un patrimonio inalienable de la Nación panameña; permanecerá abierto al tránsito pacífico e ininterrumpido de las naves de todas las naciones y su uso estará sujeto a los requisitos y condiciones que establezcan esta Constitución, la Ley y su Administración”.
Ojalá que la bisoñés, en el descuidado manejo de nuestras relaciones internacionales, a pesar de que, quien es la ministra, no tiene conforme a nuestra Constitución la capacidad jurídica para comprometernos y menos para representarnos, no terminen por ocurrírseles que, violando nuestra constitución, como parece ser la costumbre, podremos acceder a que nuestros propios verdugos, con un discurso plagado de mentiras, los acompañemos a ponerle los clavos de nuestro propio ataúd.
¡Así de sencilla es la cosa!
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