Victoriano Rodríguez Santos
Huelga de hambre de cuatro damas chiricanas y seis de Veraguas que se sumaron a la lucha.
Hoy se cumplió una semana de la huelga de hambre de cuatro damas chiricanas y seis de Veraguas que se sumaron a la lucha, producto del dejar de hacer del Director de la Caja de Seguro Social, según informaron dirigentes de la Asociación de Empleados, mientras otras organizaciones gremiales pareciera no interesarles las demandas de estos descamisados, mientras las reuniones son postergadas para evitar soluciones y agotar a los empleados.
Hay un silencio sepulcral del Presidente de la República, como de varios medios de comunicación, estos servidores públicos y sus demandas no son noticia, por ello hay que dejarlos a su suerte, finalmente son empleados administrativos que pueden ser destituidos aún cuando tengan asistencia perfecta, demostrado capacidad, perseverancia, apego institucional, honestidad y otros atributos.
Los valores éticos no valen nada, cuando se nombra por política y se mantienen en los cargos por compadrazgos o acomodos que jamás aplican en sus empresas. Tengamos presente: las organizaciones gremiales son importantes en toda corporación, pública o privada.
Presumiblemente se mantiene un gobierno de corte social, con horizonte e ideología torrijista, donde se prevé el bienestar social está por encima de la riqueza individual, mal habida, donde la calidad de vida del ser humano per sé mejora a mayor inversión social, pero se disimulan las inversiones con proyectos que destruyen el habitad de seres humanos, fauna y flora, las dichosas minas.
Se permite seguir explotando la tierra y exportando material a una empresa que no tiene contrato con el Estado. Adicional a ello se trata presumiblemente de gobiernos extranjeros encubiertos bajo conceptos o formas. Sucederá lo mismo que con Panamá Port y pudiéramos conocer nuevos Buneau Varilla. Entregarán nuestro país a gobiernos extranjeros. Recordando el viejo adagio de que “tan responsable es quien mata la vaca, como quien le amarra las patas”.
Nuestra población pobre sigue sufriendo y muriendo de hambre con problemas de salud y de cualquier tipo de situaciones incómodas. Nuestro extinto amigo, periodista y abogado Ramón Castellano Arrieta (QEPD), siempre expresó ante los micrófonos: “jueguen con la cadena, no con el mono”.
Nunca más claridad demostró Ramón con su refrán. La huelga iniciada por nuestros hermanos Ngäbe Buglé, en julio recién pasado le costó millones de dólares al país y eso que no estaban organizados. Se cansaron que jugaran con ellos y el país vio las consecuencias.
Algo huele mal, muy mal, en este país. Todo parece normal, algunas personas se acuestan sin comer, mientras otras personas con salarios de más de una docena de miles acomodan a sus hijos, parientes y copartidarios destruyendo no sólo la educación y la familias pobres, también la estructura económica del país. Pobre de nuestros estudiantes universitarios, ya hasta el razonamiento lógico les han vulnerado, muchos defienden aquello pasajes increíblemente absurdos.
Estamos llegando a pensar que el ser honesto es una peste, quizás no mal oliente ni apestosa pero causa repugnancia. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, humanista.
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