Jugando con fuego

Editorial

A algunos empresarios, de esos que controlan el gran negociado con las medicinas, se les ocurrió utilizar a las pequeñas farmacias para salir a decir que este negocio es una morrina y que aquí están vendiendo los medicamentos con pérdidas.

Si hoy no tuviéramos el mundo de información que tenemos, probablemente podían contarnos esa historia, pero para desgracia de ellos, la información del mundo entero la tenemos a un “click” y por ello nos enteramos que, nos han estado chupando la sangre por demasiado tiempo y que su obra perversa y malsana es autora de muchas muertes de mucha gente que por no tener los recursos suficientes, ha tenido que ver morir a sus familia y parientes, mientras que ellos acaudalan sumas multimillonarias en sus arcas y nos las enrostran en este nuestro país, uno de los más desiguales del continente.

Esa crueldad no puede ser para siempre, esa injusticia, causante de los altos niveles de violencia que vivimos, no puede sostenerse por más tiempo, y como dijo Omar Torrijos, “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”.

El pueblo enardecido, por esta burla, ese mismo que salió a las calles hace poco, es capaz de poner las cosas en el lugar que corresponden. y no dudará exigir al gobierno nacional para que las mismas medidas antimonopólicas valientes que, se dictaron en la vecina Costa Rica recientemente, se repliquen en el país nuestro.

Arriba está nuestro Señor Jesucristo, viendo a los que aman al dinero y no son capaces de sentir amor ni la más mínima consideración por sus congéneres.

¡Así de sencilla es la cosa!

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