El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
La idea de la constitución de este sistema de representación popular fue compartida entre Juan Materno Vásquez, Miguel Ángel Picard Ami, Rafael “Pito Murgas” y Omar Torrijos, y podría decirse que es muy original y vino a constituirse el la aspirina propia a la falta de democracia en el país por personas que dedicaban todo su esfuerzo para el progreso de las comunidades y las soluciones a los más ingentes problemas que padecían como salud, caminos, carreteras, puentes, acueductos, escuelas y muchos otros.
En la actualidad, los representantes de corregimiento ganan un mínimo de 1,000.00, además de las dietas por reunión en el municipio respectivo., en el caso de la ciudad capital, las dietas por cada reunión alcanzan los 600.00 por reunión, significa que si hay dos reuniones por semana, la suma asciende a B/.1,200.00 lo que implica al mes 4,800.00 además de dos mil que cobran como salario, pero ese el caso que si el Representante goza de una licencia con sueldo y ese sueldo puede ser 4,000.00, tendríamos que ese representante cobra mas de 10,000.00 al mes.
Recientemente, Asamblea Nacional revivido un proyecto de ley sobre las licencias con sueldo que beneficiarían a 39 Alcaldes y 172 Representantes los cuales van a cobrar plata de tus impuestos y los míos sin hacer absolutamente nada, aunque La Biblia dice que, el que no trabaja que no coma y nuestra Constitución Política establece que: no puede haber fueros o privilegios.
Todo esto ocurre en medio de la grave crisis económica por causa de la pandemia y ahora de la guerra, pero tal es el grado de descomposición moral que no les importa hacerse con la alforja pública y asaltarla a pleno día, sabiendo que el resto de la mayoría del país vive en circunstancias azarosas, rodeado por la angustia y la desesperación.
Es evidente, la falta de respeto y solidaridad con el pueblo y cómo la ambición desmedida, el oportunismo, la carilimpieza o sinvergüenzura, se ha hecho presente en el Palacio Justo Arosemena, a tal punto que los diputados para tener el apoyo político de esos representantes, le otorgan privilegios insostenibles y derechos que son una ofensa grave contra quienes hoy hacen malabares para poder comer o comprar medicinas que están por las nubes, negocio éste que termina por condenar a la muerte a los más humildes del país, que son la mayoría.
Pareciera que existe una gran conspiración contra el pueblo para despojarlo de la más mínima tranquilidad y seguridad que requerimos. Asaltarnos a mano armada ha sido la orden de los que se han propuesto rematarnos.
Todas estas medidas clientelistas, a costa del Estado, no han hecho otra cosa que envilecer y herir mortalmente a una idea buena que surgió en 1972, pero que 50 años después, no ha resistido el comején de la rampante corrupción.
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