La casa de los tormentos. (Cuento corto).   

Autor Ramiro Guerra M.     

Artemio, no dejaba de lamentarse; desde que adquirió la casa donde vivía; ruidos y voces nocturnos, no lo dejaban dormir. Las paredes crujían, decía Artemio, como si los años pesarán sobre la madera con que fue construida la casa.

Un día, empezando la madrugada, mientras lidiaba en una encolerizada lucha para lograr cerrar los ojos y dormir, escuchó una tenebrosa voz, de dolor y lamento y parecía conversar con alguien; “amada tu porque me hiciste eso; tú eras la reina de esta casa; tu infidelidad me ha dejado vivo pero realmente muerto.  Maldigo esta casa y ella será tu tumba”.

Al amanecer, Artemio, pensativo, se dió a la tarea de descifrar el enigma. Seguramente está enterrada o sepultada en algún lugar de la casa. De repente una de las paredes, de la nada comenzó a desmoronarse y dejando a la vista un viejo esqueleto. Sintió como una ráfaga de brisa saliendo por la puerta de la casa, como si fuera alguna persona que salía huyendo de un viejo cautiverio.

Desde entonces, no se escucharon más voces, ni ruidos y las paredes dejaron de crujir. Y Artemio pudo dormir como no lo había hecho.

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