Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Cinco de la mañana, daba cuenta de una fila enormes de jóvenes y también adultos. Todos esperando que el general los o nos atendiera. Todos con el mismo objetivo, que Omar intercediera para un empleo en la administración pública. Omar en persona atendía. En esa fila me encontraba con el abogado Anselmo Guerra , mi hermano. Yo observaba, los que salían después de hablar con el general, lo hacian contentos; en sus manos llevaban una carta de recomendación(era más una orden que una recomendación) a un director de institución o ministro. Anselmo entró primero. Salió con una carta dirigida al ing. Fierro, director del Idaan. Yo por alguna no conseguí trabajo, más por culpa mia que del general. Anselmo corrió con más suerte. Se presento al Idaan y el ing lo atendió muy gente. Me cuenta Anselmo, que el ingeniero le preguntó y tú muchacho ¿qué sabes hacer? Anselmo le contestó , soy pintor y el director de la institución lo remitió al departamento de ingeniería, departamento de dibujo y mapas. Estando mi hermano en dicha sección , no se sintió a gusto y con un cargo de conciencia, por el hecho de que el ing. Fierro se confundió. Él era pintor, sí, pero de brocha gorda. Para no alargar este capítulo de la vida de mi hermano Anselmo, terminó como trabajador del departamento de recolección de basura. A mi hermano, nadie le echa cuenta. Eso de madrugar o laborar altas horas de la noche, montado en el estribo de un camión de basura, es un trabajo más que duro. Hoy me cuenta que se hizo de muchos amigos y hoy se encuentra con algunos de ellos. Se jubilaron en el Idaan. Seguramente muchos sesentones recordarán esos tiempos en que Omar, en su casa en San Francisco, atendía y recibía a los que solo pedían un empleo. 15 Hay varios Likes:) Gracias...Ver Artículo
Hablemos Claro!
Presentación José Dídimo Escobar Samaniego en la Asamblea Nacional La discusión que actualmente …