Por: Eduardo A. Reyes Vargas
Delito es la acción que va en contra de lo establecido por la ley y que es castigada por ella con una pena grave.
Carencia de capacidad para hacer cierta cosa, especialmente para realizar un trabajo u ocupar un puesto define la incompetencia.
La negligencia es el descuido u omisión en el cumplimiento de una obligación.
Indiferencia y desprecio hacia una persona o una cosa, es desdén.
Le toca al lector decidir cuál de estos conceptos o la unión de todos se pueden usar para calificar que después de aproximadamente diez años, la ansiada Ciudad de la Salud aún no es inaugurada.
La actual dirigencia de la CSS, liberando nudos y nudos financieros nos promete que en el 2023 debemos ver la muy necesaria obra terminada.
Comprendemos como la pandemia ha afectado los ingresos gubernamentales y la Caja de Seguro Social que se sustenta en ellos ha sido golpeada.
Sin embargo Panamá en las dos últimas administraciones gubernamentales previa a la actual, mantuvo un crecimiento económico muy saludable y por diferentes razones incomprensibles la construcción de esta ciudad se detuvo.
Excusas de todo tipo han querido explicar ese lamentable hecho. pero no han sido convincentes.
La pandemia sacó a flote la necesidad urgente de camas disponibles además del déficit ya existente, para los casos de covid19 que hoy alcanzan miles de fallecidos en Panamá. Cifra alta para esta pequeña nación.
Si esta Ciudad debidamente equipada se hubiese inaugurado como se prometió en ambas décadas pérdidas de los gobiernos anteriores al del presidente Cortizo es posible que esas cifran hubiesen sido menores.
Quizás también la escasez de camas para enfermedades crónicas ha contribuido a esas muertes prematuras.
En definitiva delito, desdén, negligencia o incompetencia pueden ser los calificativos para los responsables de una obra atrasada que parece ser similar en su tiempo de construcción a la Muralla China.
Los pasos dados en la peregrinación del Cristo de Portobelo es más ilustrativo.
Finalmente no hay leyes y aplicación de las existentes en el ámbito de la Administración Pública que castiguen lo que algunos pueden calificar como homicidio por imprudencia.
Lo que sí aparecen son nuevos ricos y millonarios.
En Inglaterra algunos representantes del Gobierno, es posible puedan ser llamado a juicio por calificar de mal manejo algunas voces de esta sociedad, lo relacionado a la pandemia.
En Panamá, las excusas para explicar esta terrible situación de la Ciudad de la Salud han quedado entre dimes y diretes de constructores y funcionarios de gobierno de aquel entonces.
“No me pagaban, “Me pagaban atrasado “.”No había dinero” ( a pesar del buen crecimiento económico) .”Materiales no adecuados” etc. han sido algunas razones dadas.
En pocas palabras todo queda en impunidad y los fallecidos, fallecidos se quedan.
Otras obras en salud iniciada en esas épocas, hoy son casi ruinas como ejemplo de estas conductas.
¿Vendrán demandas?
¿Surgirán leyes que castiguen al servidor público que en el ejercicio de sus sagradas responsabilidades se le compruebe su desdén, negligencia, incompetencia o delito?
3 Hay varios Likes:) Gracias...