La cuestión del Poder.|

La cuestión del Poder no es un tema de quién es mi amigo, sino de quien mejor sirve a la patria.

 

Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político

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Hace un año atrás, el Lic. Carlos Collins, profesional de la psicología, me reenvió un video donde la presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá, a propósito de la muerte de una de sus compañeras, apelaba a un mayor protagonismo de la organización popular para que se sume a los esfuerzos que el recurso humano de salud ponen en esta crisis.

Me impactó un grito desesperado de auxilio. La realidad es crítica. Me acordé que, tempranamente, propuse volver a retomar los Comités de Salud y mayor protagonismo de las juntas comunales y locales. Cayó en saco roto.

A estas instituciones políticas de base del Estado, no se les ha dado un mayor protagonismo ni participación en la de toma de decisiones. como si solo fuera suficiente usarlas como distribuidoras de bolsas de comidas y bonos. ¡Qué pobreza de enfoque!

Tengo fresca la conferencia que hicieron las asociaciones médicas, que pedían ser parte de las decisiones con relación al covid 19; fueron tan lejos como decirle al gobierno que habían detectado errores en la conducción de la crisis. Increíble, el centralismo burocrático y de decisiones desde lo alto.

Estamos peleando contra molinos de vientos; la crisis se administra desde una perspectiva, del yo mando y ejecútese. Quiero pensar que la formación semi militar del presidente, viene definiendo un tanto el estilo de manejo de la crisis. Y por ese camino no vamos bien.

Hay críticas para dañar y hacer politiquería, pero muchos sectores las hacen en forma bien intencionada.  Fatal, que no se quiera entender, que el capital social,(legitimidad) del gobierno ha venido de más a menos. En una ocasión, escribí, ojo con esos escribanos y alabarderos, que le dicen vamos bien, Presidente. Esos, cuando hay que saltar del barco, lo hacen sin escrúpulo alguno.

Creo sinceramente en la necesidad de una buena y equilibrada gobernabilidad, pero percibo, por los lados del poder, algo de síndrome de la infalibilidad. No se equivoquen.

En este contexto, el pregón de un giro de timón no es un decir.  Lo escribí, percibo un equipo sino agotado, atravesando un proceso de desgaste.

La cuestión del poder no es un tema de quién es mi amigo, sino el de quien mejor sirve a la patria. Como decía la dirigente de las enfermeras, volver a las bases.

En esta crisis percibo ausente al PRD, partido del gobierno. En esta relación algo no cuadra.

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