La Destorrijjización Del Prd  Y Su Dilema  Existencial: Ser O No Ser. 

Las crisis constituyen la matriz, de un nuevo amanecer o traen más de lo mismo, es decir más crisis y más grave.           

Por Ramiro Guerra M.         

A propósito de las próximas elecciones.   A menos que, sobrevenga alguna oferta electoral, que haga la diferencia.  Hay un vacío de liderazgo individual y colectivo con madera para constituirse en un punto de inflexión, rumbo a recomponer la república.  Ahora bien, las crisis son como el topo, trabajan por debajo de la superficie y cuando emergen, son portadores de buenas nuevas.

Las actuales nomenclaturas partidarias, no presagian nada alentador.  Romper el concepto de carpas clientelista- electoral que distingue a la partidocracia, no es fácil pero no imposible. Las crisis también tienen la virtud de procrear nuevos príncipes (En el lenguaje de Gramsci) y liderazgo, que desde afuera o dentro de esas estructuras pueden surgir haciendo la diferencia.  Esto es posible si se produce una real conexión con la sociedad y el pueblo panameño.

A diferencia de algunos que han sentenciado que el torrijismo murió, sus prédicas se mantienen vivas, porque hay condiciones en lo objetivo y algo subjetiva que mantienen vigente la reivindicación de un proceso político que nos haga rememorar, a otro nivel, los avances que se tuvieron en la era de Omar. Pero acorde a la realidad de hoy. Estas condiciones subjetivas se encuentran dispersas en la sociedad. Un proyecto de poder debe ser capaz de articularlas. Un proyecto de poder que apunte en esa dirección no está lejos de la realidad en curso.

Como se dice, no hay sorpresa, sino sorprendidos.  La disyuntiva es clara; o la crisis se agrava o salimos adelante con una nueva visión de país y patria.

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