El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Los que conocemos la historia, sabemos quién liberó a los judíos de Auschwitz y quien derrotó al nazifascismo en su capital Berlín en 1945 a un costo de cerca de 30 millones de vidas de jóvenes, campesinos, obreros, mujeres y niños humildes que ganaron a costa de sus propias vidas, la victoria para que esta generación pudiera disfrutar de la libertad de la que hoy gozamos. Hoy día a ese país lo quieren cercar con claras amenazas, y se les olvidó la gratitud que aún hoy le debemos, los hombres y mujeres de bien que amamos la vida y la paz, surgida de la justicia y de la edificación de la dignidad humana.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
La Dignidad indica el respeto y la estima que todos los seres humanos merecen y se afirma de quien posee un nivel de calidad humana irreprochable.
La dignidad es la cualidad de digno que significa valioso, con honor, merecedor y el término dignidad deriva del vocablo en latín dignitas.
Ayer se celebró el 77 aniversario de la Liberación del Gigantesco Centro de exterminio y campo de concentración de Auschwitz en Polonia por el Ejército Soviético.
En la Segunda Guerra Mundial, el Nazifascismo, puso en práctica políticas de exterminio jamás imaginadas por el hombre. La Guerra que terminó en 1945, se saldó con un aproximado de más de 60 millones de vidas de víctimas en todo el mundo, dentro de los cuales la antigua Unión Soviética puso casi la mitad de las víctimas. El Régimen Hitleriano actúo con especial crueldad contra las personas de ideas de izquierda y los judíos.
Terminado el conflicto, se convoca a la estructuración del Sistema de Naciones Unidas el 24 Octubre de 1945, en San Francisco, California, y tres años después, en el Preámbulo de La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se habla de la «dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana», y luego afirma en su artículo 1º que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos», todo esto como remedio ante los exabruptos cometidos contra la dignidad humana en la Segunda Guerra Mundial.
Hoy día, las tensiones internacionales, exponen al borde, la posibilidad de un conflicto global y en muchas partes del planeta, la violación a los derechos humanos elementales, sigue siendo una realidad palpable, por lo que es muy loable destacar la necesidad de no olvidar las heridas infringidas a la dignidad humana, y los millones de seres humanos que fueron exterminados con sevicia y gran crueldad, por causa de la falta de tolerancia.
Dios permita que podamos lograr la paz y que impere la tolerancia, porque tal como lo decía Einstein, no se sabe con qué armas se combatirá en la III Guerra Mundial, pero la cuarta será con palos, piedras y flechas.
¡Por un país decente y una patria para todos!
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