Su PIB se contrajo por segundo trimestre consecutivo, mientras que analistas aseguran que, bajo el peso de la enorme inflación, la caída del consumo arrastra consigo a toda la economía.
El producto interno bruto (PIB) del país europeo cayó un 0,3 % en datos ajustados por precio y calendario, lo que sigue a una disminución del 0,5 % registrada en el cuarto trimestre de 2022. Una recesión se define comúnmente como dos trimestres sucesivos de crecimiento negativo del PIB. En términos interanuales, el producto interno bruto se redujo un 0,5 %.
«Bajo el peso de la enorme inflación, el consumidor alemán ha caído de rodillas, arrastrando consigo a toda la economía», sostiene el analista del banco DekaBank, Andreas Scheuerle. El consumo de los hogares descendió un 1,2 % intertrimestral tras los ajustes por precios, estacionalidad y calendario. El gasto público también disminuyó significativamente, un 4,9 %, en los primeros tres meses del año.
«El aumento masivo de los precios de la energía pasó factura en el semestre de invierno», señaló por su parte el economista jefe de Commerzbank, Joerg Kraemer.
«Mayor sentido de la realidad»
No se pudo evitar una recesión y ahora la pregunta es si habrá alguna recuperación en la segunda mitad del año. «El suave clima invernal, un repunte en la actividad industrial, ayudado por la reapertura de China [tras la pandemia] y una disminución de las fricciones en la cadena de suministros no fueron suficientes para sacar a la economía de la zona de peligro de recesión«, comentó el jefe de macroeconomía global de ING, Carsten Brzeski. «El optimismo de comienzos de año parece haber dado paso a un mayor sentido de la realidad», agregó.
Según Reuters, la caída del poder adquisitivo, la reducción de los pedidos industriales, el endurecimiento agresivo de la política monetaria y la desaceleración prevista de la economía de EE.UU., son factores que apuntan hacia una actividad económica débil en Alemania.
(Tomado de RT)