Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
Veamos: me quedo con la impresión, de que el gobierno, mantendrá las cosas como están; es decir, mantener el sistema de reparto definido (solidario) que según la ley 51 del 2005, tiene fecha de muerte. Y cuando eso ocurra, sólo quedará el sub sistema mixto.
Este último, tiene dos componentes
1.- Uno que se denomina, «beneficio definido» y un componente de ahorro personal. Entró a partir de enero de 2008. En el componente de beneficio definido, estarán incluidas las cuotas pagadas sobre los ingresos hasta 500.00 mensuales.
Para poder recibir ingresos superiores, dependerá de un ahorro personal, que se acredita a la cuenta individual del trabajador. En conclusión, hasta los 500 .00 balboas mensuales, queda sujeto al sistema definido. Las sumas superiores sobre esa cantidad, es decir si el trabajador gana 800.00 balboas, los 300 balboas sobre los 500.00 aplica como ahorro personal.
Cómo se puede observar, el gobierno juega a dejar como único sistema el sub sistema mixto. La solución que ha propuesto el gobierno, para que los que se jubilaron con el sistema solidario, mientras se mantenga vigente, reciban sus pagos. Algunos estudios actuariales sugieren que al 2035, máximo 2050, no habrá ninguno que aplique exclusivamente para el sistema de reparto definido.
2.- El sub sistema mixto, reparto definido hasta ciertos ingresos, combinado con uno de capitalización individual.
Según este sub sistema mixto, obviamente cambian los cálculos e indican que las futuras pensiones y jubilaciones, tenderán a la baja. La solución de la cual alardea el vice presidente, saca del debate, la cuestión de retomar como sistema único, el del sistema de reparto definido (solidario y universal). El ardid ha sido bien montado.
Condena a todos los trabajadores o plantilla, a estar sujetos preponderantemente al segundo componente de ahorro individual. La estrategia citada, tenderá o trascenderá a todos los demás programas que administra la caja de seguro social.
Los trabajadores tienen que afinar el análisis. En el horizonte, se ve claro, la preponderancia del sistema de capitalización individual. Cuando llegue ese momento, y los trabajadores y funcionarios públicos tengan que jubilarse y sus ahorros sólo les permite una entrada de miseria, frente al alto costo de la vida, quedarán condenados, como ha ocurrido en Chile y otras latitudes, a pensiones de hambre, en el peor momento de sus vidas en donde solo alcanza esa pensión, con suerte, para los medicamentos. Además, son miles de millones. ¿Quién los administrará? ¿la caja de seguro social? O es que, desde cierto sector financiero privilegiado le han puesto el ojo y le quieren meter el diente a tamaños recursos?
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