El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
Protestas que tienen todo un asidero efectivo y afectivo, por la desidia administrativa en las reparaciones de las escuelas o colegios -en tiempo oportuno-. Hacía décadas que no se veían estas protestas estudiantiles y hasta era preocupante. Pudo ser falta de visión, interés en su educación, conciencia cívica, bienestar social o presión, amenaza o algo para silenciar el futuro de la Patria. La semilla intelectual de la población.
Viene a nuestro recuerdo las décadas de 1960, 70 y hasta el 80 cuando los estudiantes salíamos a la calle en protesta, producto de situaciones -mucho menos relevantes que las actuales- y se lograba la solución a esos problemas.
Al parecer se ha esperado demasiado a grado tal que algunas estructuras, colegios, gimnasios, laboratorios, etc., están en deterioro total, casi inservibles, aún cuando los gobiernos cuentan cada vez con mayor presupuesto, generalmente utilizados en politiquería.
En nuestra época, teníamos la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP). En cada colegio había una Asociación de Estudiantes, dirigentes escogidos sólo por estudiantes. Estos dirigentes eran representantes federados que daban seguimiento a los problemas de sus respectivos planteles (estructurales, docentes o administrativos) y teníamos una voz crítica –responsable- que se dejaba sentir y era escuchada por quienes administraban el colegio y el gobierno, por el beneficio de la población educativa.
Ésta organización cívica de la comunidad estudiantil ayudó mucho en la eliminación del enclave colonial y la recuperación del Canal de Panamá, a través del Tratado Torrijos/Carter.
Aún quedamos muchos, de aquellos dirigentes estudiantiles, de esas décadas de oro, donde logramos objetivos específicos inclusive creación de colegios, principalmente ciclos básicos diurnos en comunidades apartadas y colegio oficiales nocturnos –en las urbes-para que la población pobre pudiera continuar sus estudios, pero hoy tienden a desaparecer.
Es el momento que los estudiantes retomen aquellas luchas que hicimos sus padres o abuelos, organizarse en grupos estudiantiles en cada escuela, en cada colegio. Que formen una Federación Nacional de Estudiantes de tal forma que tengan presencia física en el sistema educativo, en la nación panameña, porque son parte de ella.
Al parecer tanto la educación como sus planteles se deteriora, producto de la desidia, politiquería y el poco interés que muchas veces pudieran mostrar los gobiernos, en detrimento de esa gran cantidad de jóvenes que no tienen suficientes recursos para asistir a escuelas privadas o salir del país a estudiar. Dios te salve, Panamá.
Ciudadano humanista y patriota.
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