El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
«Al no evolucionar y responder a la reales necesidades del país, los actuales partidos fueron víctimas de sus propias maquinaciones y despropósitos, urdidos por sus cúpulas»
Por Ramiro Guerra M.
Abogado, escritor y cientista político.
Me decía un economista que la época de los partidos, llegó a su fin. Criterio que no comparto.
Guste o no, el sistema político en Panamá tiene a los partidos como instrumentos de la democracia y así está consagrado en el texto constitucional.
Una cosa es que el régimen partidario derivó en una partidocracia, de intereses de cúpulas y por ello dejaron de ser herramientas efectivas y eficaces para mejorar la democracia y el perfeccionamiento del estado. Perdieron, casi toda su conexión con la sociedad.
Dejaron de ser escuela de formación política de sus miembros y de la sociedad.
Pero otra cosa es; el replanteo de los propósitos y fines de los partidos.
Lo que denomino, la emergencia de cara a nuevos tipos de partidos.
Tenemos que tener cuidado, con el hecho de que, en estas elecciones, las candidaturas por la libre postulación tuvieron éxito. Es un fenómeno que tiene explicación, sobre todo, dado el proceso de pérdida de legitimidad que venía sufriendo el régimen de partidos y su connotación partidocrática y casi cero representación real con la sociedad y con la nación. La asamblea nacional, fue un ejemplo claro de lo señalado.
Lo anterior plantea la necesidad de redefinir el carácter de los partidos y de los que, en el futuro aparezcan como nuevos.
Retomar el tema de las definiciones ideológicas; el pragmatismo y los propósitos utilitarista, son factores que conducen a graves problemas de representación y falta de legitimidad de los partidos.
Otras sociedades y países, han pasado por procesos similares al ocurrido en la coyuntura electoral.
Los partidos políticos, recrearon prácticas nada democráticas, en lo que concierne a la relación con la sociedad y sus miembros. Se condujeron como partidos de montoneras.
El tema ideológico, totalmente minimizado.
La autocrítica tiene que poner al desnudo el desfase entre partido y sociedad. Sobre todo, en un medio donde el prebendalismo ha hecho añico casi todo el entramado institucional
Dejo abierto al debate.
Dios bendiga nuestra patria.
9-5-2024
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