La fuerza pública con un alcance beligerante.       

Por Ramiro Guerra M.   Abogado y cientista político.    

Aquí el Ministro Pino posa con la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia.

En todo estado, mejor dicho, en todo estado siempre deberá contar con pie de fuerza, para garantizar el orden público. Eso es inevitable. Zavaleta Mercado, va más lejos, dice que, el ejército, los pies de fuerza, en última instancia son el corazón del estado. Es un enfoque arriesgado y peligroso. Yo creo que una buena democracia, real y participativa, es la mejor garantía de un orden institucional.

Claro, en ella, una fuerza pública, para controlar y neutralizar acciones que atenten contra la sociedad y su legalidad. Siempre bajo el techo de los tribunales y su control. Sabio el ordenamiento jurídico que señala que, los pies de fuerza, denomínese policía, ejército y otros, son agentes de autoridad y no autoridad. La fuerza pública no puede estar por encima del control y fiscalización de la autoridad. Para ello, el ordenamiento constitucional y legal, dota a la sociedad, de los recursos y acciones, cuando desde la propia fuerza pública, se intenta rebasar la máxima de que ellos, la fuerza pública, no son la ley.  Ocurre con frecuencia que, los ciudadanos se encuentran con conductas y comportamientos de los pies de fuerza, que dejan entrever que ellos son la ley y la autoridad. Es un error y por ello siempre hay que estar alerta para conjurar tales indebidos comportamientos.

Lo anterior solo es comprensible, mas no admisible, dado que los estamentos de la fuerza pública, siempre anidan o están presentes las tentaciones autoritarias.

Me preocupa el grado de protagonismo mediático de la fuerza pública. Por ejemplo, parte de los partes noticioso de las televisoras, son espacios de comisionados, sub comisionados y oficiales. Me pregunto, ¿detrás de este protagonismo mediático, que hay de intenciones? Ojo de pecar de ingenuos.

A propósito, los profesionales del derecho, dan testimonios, de comportamientos de la fuerza pública, donde se confunde lo que es ser autoridad o agente de autoridad.    Hay que estar más vigilantes y sobre todo desde la sociedad, enarbolar la crítica  objetiva, cuando surgen situaciones como las arriba comentadas.

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