Por: Pedro Rivera
Un estudio bio-psiquiátrico, con enfoque sociológico, ciencia que bien podría llamarse biopsicosocio psiquiatría, así se llamará en el futuro [siempre que el futuro exista] permitiría describir el papel que juegan algunos neurotransmisores especializados en bloquear la racionalidad, fluidos químicos, hormonales, determinantes en la práctica de conductas individuales y colectivas, consideradas, impropias y aberrantes desde la perspectiva de la cultura y los valores humanos.Estas aberraciones se desencadenan cuando cierto tipo de neurotransmisores, vinculantes con los instintos y las emociones, bloquean o subordinan la actividad racional del individuo y las muchedumbres.
Violaciones carnales, pedofilia, pederastia, incestos, acosos, urgencias alimentarias, consumo y tráfico de estupefacientes, crímenes pasionales, homicidios, feminicidios, asaltos, apropiación indebida de bienes ajenos, cleptomanía, saqueos institucionales, corruptibilidad, histerias individuales y colectivas, fobias y manías, etc., de las que somos testigos cotidianos, son ocasionados por estos bloqueos.
En palabras sencillas: bloqueada la racionalidad se libera la bestia.
A tal punto pueden llegar estos bloqueos colectivizados, supra neuronales, que los adversarios en una guerra no aceptan jamás un final sin ganador.
Este es el peligro que se corre la en esta coyuntura de la guerra infinita que vive la humanidad.
Mientras no se negocie un empate, con intervención de la racionalidad, la guerra nuclear será una tentación.
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