El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Adela Panezo Asprilla.
Profesora en el Instituto Coronel Segundo de Villarreal.
Presidenta del Centro Familiar Afro Santeño.
Coordinadora nacional de la Solidaridad con Cuba en Panamá.
En este sentido, es importante comprender que esa acción heroica, fue el producto de décadas de lucha por reestructurar un Estado nacional, que había nacido con falencias, al permitir una quinta frontera, con la existencia de un gobierno extranjero en nuestro territorio, quien además se inmiscuía en los asuntos internos del país, violando el primer artículo de nuestra Carta Magna, que desde los inicios de la República estableció:
«El pueblo panameño se construye en nación independiente y soberana, regida por un gobierno republicano y democrático, bajo la denominación de la República de Panamá.»
Sin embargo, eso no era lo que realmente ocurría, vivíamos mediatizados por la imposición de un gobierno que se creía dueño del país y que sigue creyéndose el amo del Mundo.
Nacer y crecer en este régimen fue lo que hizo crear en nosotros, un espíritu nacionalista y revolucionario, así como lo tenían los jóvenes estudiantes que con el ideal de ver a su Patria liberada del yugo neocolonial del imperialismo yanqui, se enfrentaron con las armas del amor y la valentía al ejército estadounidense que radicaba en la Zona del Canal de Panamá, cuyos resultados fueron 22 muertos, más de 500 heridos y la bandera nacional ultrajada, así como el rompimiento temporal de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
Esta acción heróica fue la que motivó al General Omar Torrijos Herrera, para que en la década del ’70, llevara a cabo el proceso de liberación e independencia, con la unidad nacional y el apoyo internacional, hasta lograr que el 7 de septiembre de 1977, se firmaran los Tratados Torrijos – Carter, que ponían fecha a la presencia impositiva de los gringos en Panamá.
Hoy, a 59 años de esta gesta heroica, se necesitan jóvenes, mujeres y hombres comprometidos con la lucha nacionalista, porque no hemos logrado alcanzar ese Estado independiente y soberano que se plantea en nuestras Constituciones desde la primera en 1904.
Hoy, así como en 1964, también se libra la lucha nacionalista por sacar de nuestro país a quienes han venido para beneficiarse de estas tierras sin la obligación de conservarlas, pagando una miseria al Estado, mientras se llevan millonarias ganancias en detrimento de la población panameña.
Hoy, el desarrollo minero en Panamá, se ha convertido en una amenaza para la vida de todo el ecosistema, con las contaminaciones al agua, el suelo y el aire, lo que está causando en sus habitantes enfermedades dolorosas y terminales.
Por ello, aunque enfrentamos problemas, que se han agravado con la pandemia, como la pobreza general en la que vive más de un millón de panameñas y panameños, la corrupción que afecta todos los ámbitos de la sociedad y la crisis de la Caja de Seguro Social, entre los más graves del país.
Rindiendo homenaje a esos Héroes del 9 de enero de 1964, honrando su memoria y valorando su inmolación por la Patria, es necesario el surgimiento de nuevos líderes comprometidos realmente con los ideales de soberanía y liberación nacional, que tenían los jóvenes estudiantes del ’64, para organizar la población y que juntos podamos luchar contra el flagelo de la minería que no sólo está causando más enfermedades, sino más pobreza en nuestro país.
Por estas razones, nos tomamos hoy la palabra, para decir en nombre de los Héroes del ’64, que el gobierno no puede ni debe firmar un contrato en detrimento de la población, ni del país, porque estamos seguros que esos jóvenes que se atrevieron a caminar hacia la Escuela de Balboa para izar la bandera nacional, volverían a caminar, pero esta vez hacia las tierras en que se encuentran las mineras, para sacarlos de allí, por amor a la Patria, porque mientras haya problemas como estos, la lucha nacionalista aún no ha acabado.
Vivan los Héroes del 9 de enero!!!!
No a la minería, Sí a la vida!!!!
