Por: Gonzalo Delgado Quintero
La pandemia nos ha obligado a usar mascarilla, también ha cambiado muchos de nuestros acostumbrados hábitos. Pero me está llamando la atención, sobre todo, en las últimas apariciones públicas, en medios de comunicación, en mítines, entrevistas y otras, de algunos personajes del mundo político y económico.
Veo que ese cubre boca, en algunos de ellos, les viene sirviendo para disimular hábilmente su presencia en estas convocatorias. Esta careta convertida en antifaz, ahora la usan para tratar de cubrir sus rostros del descaro. Y es que, así como irreconocible son los argumentos que esgrimen, ahora, ese protector de la nasofaringe lo vienen utilizando más bien como una máscara a la usanza asemejada y al buen estilo de ese gran personaje de la novela de Johnston Mc Cully, personificado por Antonio Bandera, cuyo título es El Zorro, un pseudo héroe, más bien traidor.
Y conste que hay zorros y zorras metidos en el gallinero, hablando con esa mascarilla que no evita el contagio venenoso esparcido no por su saliva, sino por su inquina en contra de cualquier proyecto popular que pueda surgir. En tanto, el pueblo está expectante. Observa la situación. No cuenta con un liderazgo que los represente, no lo sienten, no lo ven, nadie actúa en consecuencia y quienes pretenden asirse del poder, como es el caso de este grupo de la rancia oligarquía, no tiene la aquiescencia del pueblo y además, la gente concluye en que estos personajes solo responden a sus propias apetencias.
Lo malo es que los sectores progresistas, que los hay muchos, lastimosamente se están dejando arrebatar su presencia en las calles. Están divididos y ese vanguardismo sectario, no permite que se produzca la unidad popular necesaria que conlleve un proyecto de nación. Y es que mientras no haya equidad, nunca existirá democracia real.
Porque sobre este tema, a lo sumo estamos solo ante un formalismo electoralista, que lo endilgan como una democracia, que solo es representativa y de corte burgués, pero no una democracia participativa, como sí la pudo desarrollar Omar Torrijos en la década del 70. Quizás sea esa razón clasista que acumuló el odio de este grupo hacia el torrijismo y los pendejos que pusimos para que manejan bien el destino del Estado, ni cuentan se dan de lo que viene sucediendo. Parece que están más entretenidos haciendo negocios, han dejado solo al presidente y si no, lo llevan rodeado y enredado y el enemigo caminando. Despierten.
Pero, como no todo es malo, por ejemplo, algo muy positivo ocurrió hace unos días. Y es que la Central Nacional de Trabajadores de Panamá, llevó a cabo su XX Congreso; un extraordinario evento, que sirvió de escenario para evidenciar temas estratégicos y fundamentales, no solo atinente a los trabajadores sino que corresponden atender y además serían corresponsalía de todas las fuerzas vivas organizadas y de todos los panameños.
Allí la CNTP reeligió a Alfredo Graell para que permaneciera como su Secretario General. Graell nos explicaba que en este XX Congreso se trataron temas de mucha trascendencia que a lo interno de esta organización sindical le corresponden en materia de comunicaciones, redes sociales y otros aspectos que ayudarán a la mejor dinámica que desarrolla la Central a favor de la clase obrera panameña.
Igualmente, nos explicaba el dirigente que este evento, calificado como un congreso del más alto nivel, se desarrolló con gran organización, disciplina, preparación de documentos, discusiones y debates democráticos; además de importantes acuerdos consensuados y que en el mismo, se propusieron nuevas tareas en la que los trabajadores organizados serán la primera línea de acción.
En este encuentro se habló de un nuevo pacto social a través de la refundación del Estado Nacional; de impulsar una Asamblea Constituyente Originaria, de lograr que en los cambios planteados a la seguridad social, se vuelva al sistema solidario y otros puntos. Se trataron también los temas ambientales, transporte, seguridad pública, educación en todos sus niveles y las reformas electorales entre otros temas añadidos.
La CNTP plantea el reinvento del Estado Nacional. Crear una estructura institucional democrática, proyectar el nuevo país en el marco de la globalización, ver la actual situación internacional y la nueva división social del trabajo. Para los efectos, eso implicaría poner orden en las instituciones, resolver los problemas para poder desarrollar la economía, la seguridad social y los demás problemas que agobian al país.
Graell plantea que es necesario sentarse con el gobierno para que haga esa convocatoria a la constituyente originaria y obviar la paralela que no es democrática, ni participativa y que además es excluyente. El dirigente sostuvo que “la Constituyente Paralela, más bien busca es reacomodar a los partidos políticos que son los responsables de todo el desastre del país, del Estado fallido, de la corrupción y de la impunidad… Son los partidos los responsables y no los trabajadores que nunca han estado en el poder”.
La seguridad social, que es un tema que mantiene una mesa de diálogo, fue parte de las discusiones de los trabajadores de la CNTP en este encuentro. Sobre este asunto, no puede ser que la Caja de Seguro Social, cuando todo está claro en cuanto al fracaso de los modelos que se han implementado en otros países, en Panamá aún se insista en tratar de cambiar y destruir el sistema o lo que queda de solidaridad en nuestra seguridad social. Sobre este particular haré una entrega especial. No obstante, el camino es retornar al sistema solidario.
Concluimos en la necesidad de cambiar la actitud politiquera y esto es un asunto de todos. Los sectores de la derecha radical están tratando de consolidar su propuesta electoralista, los partidos tradicionales en oposición tratan de no perder las calles con estos grupos que se declaran independientes y aunque los vimos juntos, no están revueltos.
Los “independientes” en ese evento usaron mascarilla KN95 que es más efectiva, en la 5 de mayo se vio, para taparse bien la nariz y la boca, y utilizaron este tipo de cubre boca fue para no sentir en la proximidad, la pestilencia que aún les emana a estos partidos de su recién pasado actuar en la cosa pública.
Así las cosas, sentimos que tal y como el gobierno acaba de recibir las propuestas de los sectores empresariales (CONEP y otros), que es positivo siempre y cuando sea para la búsqueda de soluciones a las grandes necesidades de la población y aunque estos grupos de empresarios, mantengan en sus filas a esos personajes funestos que se dieron cita en la 5 de mayo; si esto realmente es de buena fe y voluntad para hacer las cosas bien; entonces es necesario, también, que el gobierno acoja las sugerencias y planteamientos que en estos momentos ha elevado la CNTP, que además es el sentir de amplios sectores populares, que son los que verdaderamente están sufriendo las vicisitudes económicas, las injusticias sociales y para rematar toda la tragedia que ha provocado la pandemia. Solo eso. Mientras tanto usemos la mascarilla como es debido.
El autor es escritor y periodista
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