Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político
Inventaron todo tipo de recursos ideológicos. Trataron de imponer ideológicamente el solidarismo en sustitución de la organización clasista de los trabajadores. Inventaron la palabra «colaborador» en vez de obrero y trabajador. Dos palabras – conceptos diametralmente opuestos. Algunos sindicatos, los menos, cayeron en esa subversión del real alcance del concepto de trabajador.
Los ideólogos del neoliberalismo soslayaron una verdad de a puño en el sentido que, mientras haya capitalismo, trabajo que genera plus valor, habrá obreros, trabajadores y organización sindical. Ahora inventan que el robotismo, terminará de darle el golpe de gracia a los sindicatos.
Justo reconocer que el movimiento sindical no se dejó arrinconar y resistió a esa feroz embestida . En esa ofensiva neoliberal, hasta intentaron mermar y mediatizar a la OIT. Tampoco lo lograron . Hoy, aún en medio de la crisis económica y del covid 19, donde millones de trabajadores han sido expulsados del mercado laboral, el sindicalismo resiste contra vientos huracanados.
Negar que los sindicatos son y siguen siendo actores fundamentales de la democracia y de la sociedad. Craso error cometen los que miran al movimiento sindical con desdén. Nuestro Código de Trabajo, define al sindicato, como una herramienta fundamental de la democracia popular. Ignorarlo es un acto de sublime torpeza, por parte de los que consideran que pueden administrar el poder y la relación laboral, prescindiendo de los sindicatos.
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