Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Arnulfo y Mireya
Cuando el Dr. Arnulfo Arias, regresó del exilio de los Estados Unidos, lo hizo con muchos vítores y apoyo popular. Se hizo un acto de masa en la plaza Santa Ana. El Dr. se dirigió a las masas, pero la verdad que no se entendía lo que decía, pero los aplausos eran en grande por la concurrencia. La irracionalidad de las masas, suelen traer tragedias políticas. Después de eso, como candidato nos tocó verlo en Santiago Veraguas. Me encontraba con unos amigos en un pequeño restaurante de ese lugar y mucha gente en la calle. El fufo estaba por llegar. Siendo las cuatro pm de ese día, se formó el alboroto y la corredera, el fufo llegaba, montado sobre la plataforma de un carro grande. Y como siempre con sus gafas oscuras. Saludaba con la Mano y los dedos en forma de V, de venceremos.Lo que nos llamó la atención, el fufo nos dejó la impresión, de que estábamos frente a un candidato, que nos recordó a Rodrigo de Vivar. El Cid Campeador, que muerto, lo montaron sobre el lomo de su caballo, al frente del ejército que entraría en combate con sus adversarios. Las tropas al ver que al frente de las fuerzas enemiga venia el Cid, huyeron y pusieron pies en polvorosa.
Nicolás A. Barletta
George Shultz
En el caso del fufo, según el Dr. César Quintero, magistrado del tribunal electoral, fufo ganó las elecciones. Salvó su voto. Ardito Barletta ascendió a la presidencia, porque el mismo día de las elecciones, no eran ni las 11 de la noche, desde el Departamento de Estado, a cuyo frente estaba George Pratt Shultz, dieron a conocer un comunicado en donde reconocían como virtual ganador de las elecciones a Nicky Barleta, antiguo alumno de Shultz en la Universidad de Chicago y recién había dejado el cargo de vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y porque el mismo Secretario de Estado fue quien lo propuso en una reunión extraordinaria del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa que dirigió Manuel Antonio Noriega Moreno, puesto que hubiera ocupado Rubén Darío Paredes o Ernesto Pérez Valladares, apoyado en ese entonces por la Tendencia del PRD, pero esa reunión lo cambió todo, incluyendo el reconocimiento de su victoria por el establisment del norte.
En esas elecciones, Arnulfo que, a pesar de su edad y salud, continuaba siendo un hombre de arrastre de masa. Los grupos de las élites, lo sabían y con frío cálculo se sirvieron de él para volver sobre los rieles del poder del estado.
Hoy observo al partido panameñista, su dirigente José Isabel Blandón. Un hombre profesional y proveniente de sectores medios del país, que intenta reeditar una alianza con un cuadro orgánico de las élites de poder (oligarca). Es objetivamente claro, que hay indicio de embarcar al panameñismo en una alianza de derecha y pro oligarca.
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