El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
El affaire: compra de medicamentos por la Caja de seguro social. Por décadas se sabía que la Caja de seguro social, pagaba en concepto de compra de medicamentos, astronómicas sumas millonarias. Secreto a alta voces, se decía que se pagaban precios inflados, vía artificios y leguleyadas, provenientes de distribuidores e intermediarios, que hicieron de este el gran negocio de sus actividades económicas. Cinco o seis, oferentes sabían cómo se tocaban las maracas en este negocio.
La pantalla, licitaciones públicas, donde la institución no tenía por donde ganar. Sería importante en aras de la transparencia, que la Contraloría General de la República, revelara cuanto, en las últimas décadas, ha desembolsado la institución en estas compras.
Recuerdo muchas quejas y denuncias, pero se continuó con el mismo sistema. Lo grave de lo señalado, en no pocas ocasiones, el chantaje estuvo a la orden del día. Se provocan desabastecimientos o sencillamente se paraliza el proceso, en virtud de demandas en la Corte Suprema de Justicia.
No somos ingenuos o tontos y por ello preguntamos, acaso resultaba cierto, lo de la red de intereses, que se valían de todos los medios para que todo quedara incólume y continuará el fiesto de desangrar a la caja de seguro social.
Acabo de leer, la de denuncia – criminis, que ha promovido el abogado, Moisés Joel Bartlett Quiel, para que se abra investigación sobre lo arriba señalado. El delito, fraude contra la administración pública, en perjuicio de la Caja de Seguro Social. Denunciados, todos los que las experticias arrojen y que desde los administrativos, regentaban los procesos de licitación pública, dando lugar a escandalosa millonadas que se tenían que desembolsar por la compra de medicamentos.
Hoy el tema está de vuelta y caliente; agravado por un ambiente inocuo de desabastecimiento. En este escenario, los asegurados, los pensionados y jubilados, han pagado y siguen pagando los trastes rotos de un sistema de adquisición de medicamentos, que ha hecho agua por doquier.
Lo anterior tiene ribetes de alta sensibilidad humana. ¿cuántas personas han fallecido por esta realidad trágica, misma que al sector privado, le permite lucrar escandalosamente.
Felicito al lic. Moisés Bartlett Quiel. En el fondo la denuncia del letrado, deja cierto tufillo y aires de corrupción. Bueno, el balón está cerca de la portería, para que el procurador, se alce con la goleada de su equipo del ministerio público.
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