Por: Ramiro Guerra .
Abogado, escritor y cientista político.
Algunos voceros del ejecutivo, señalan que la propuesta es compleja y muy matemática. Me preocupa tal afirmación, tratándose de una ley con alcance social y humano.
Cierto, lo financiero deviene una columna importante para salir de la situación deficitaria que enfrenta el programa del IVM.
Las matemáticas, sus resultados son fríos. Son como los bancos, no tienen alma y corazón.
Por lo anterior, somos del criterio, que en este caso, de las reformas a la ley vigente, tiene que conciliar el aspecto social y existencial, en el sentido, que lo financiero, no excluya el aspecto social – existencial. Tal como lo he señalado en dos entregas (artículos de opinión para el medio digital, El Periódico), el proyecto de ley que envió el ejecutivo a la asamblea nacional de diputados, su redacción y contenido , genera incertidumbre para los trabajadores.
La ley vigente, por lo menos señala, que la pensión mínima será del 60 por ciento, cumplidos los requisitos de cuotas y edad. La propuesta del ejecutivo, evitó lo anterior y deja el tema de pensión mínima, a los salarios que devengó el trabajador durante su vida laboral. Lo que se traducirá en pensiones por debajo de lo que señala la ley 51 del 2005. También, deja por fuera, la tabla que señala, que la base del cálculo para la pensión, es el salario que resulte de los diez mejores años de cotización.
La actual ley orgánica, contiene normas de alcance social, muy importante. Esas normas no deberían ser objeto de reformas; en todo caso mejorarlas.
Resulta un golpe duro, a los trabajadores, el hecho de que en el proyecto de ley, no se diga el ingreso mínimo con que se pensiona el trabajador.
Tales omisiones apuntan a crear un escenario deplorable, draconiano, en perjuicios para los trabajadores.
Hablando de matemáticas, como el eje fundamental de las reformas, queda en evidencia que desde el punto de vista de las pensiones a recibir, lógico, que tenderá a mermar la ya golpeada economía doméstica de la clase trabajadora.
En el escenario descrito, resulta repugnante, en circunstancia que se discute la propuesta de ley, como espada de Damocles, se blandee la retórica, de que si las reformas no pasan, los pensionados verán sus pensiones reducidas y mermadas. Eso es argumento de extorsión.
Como bien han señalado economistas, la propuesta del ejecutivo, está muy lejos de ser de reparto definido, solidario y universal.
Que todos los fondos entren a una caja común, no hace del sistema uno solidario. A menos que se dejen las normas arriba citadas, relativa a pensión mínima (60 por ciento). Sin en esa disposición, lo paramétrico (aumento de edad) deviene un golpe duro. En palabras sencillas, laborar mas años para recibir menos.
Ojala los diputados reparen en este tema y den el paso en la dirección correcta, en el sentido, que los trabajadores, no se pensionaran por debajo del 60 por ciento de sus salarios, calculados el promedio de los 10 mejores años.