Por Gonzalo Delgado Quintero
El verdadero autor del Convenio de la extensión de bases militares norteamericanas en Panamá en 1947, fue Ricardo J. Alfaro, sin embargo renunció un día antes y ese convenio lo terminó firmando Francisco Filos que nada tuvo que ver en su negociación.
Al hacerse pública la intención que se pretendía con el convenio Filós – Hines se suscitaron a raíz de su firma el 10 de diciembre de 1947, protestas sociales representadas en diversos colectivos, gremios, sindicatos y movimientos ideológicos y políticos.
Este tratado pretendía prolongar el acuerdo anterior de 1942 que había permitido la presencia de bases militares por razones de la Segunda Guerra que debían desmantelarse después de finalizado el conflicto.
El 12 de diciembre arreciaron las protestas contra el Convenio Filós-Hines, acuerdo firmado dos días antes (10 de diciembre de 1947) por el ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Francisco Filós, y el embajador de los Estados Unidos, el General Frank T. Hines, con el visto bueno de sus respectivos presidentes, en el caso panameño por Enrique A. Jiménez y la parte estadounidense por Harry S. Truman.
A través de este convenio se cedía a los Estados Unidos, una serie de puntos territoriales distribuidos a nivel nacional para bases militares de manera prorrogable por 10 años. Por ejemplo en Jaqué provincia de Darién, Isla Grande en Colón, Isla del Rey en Panamá. También en Pocrí, Las Margaritas, Río Hato, Salud, San Blas (Guna Yala), San José, Taboga, Taboguilla, Victoria y otros
Los sucesos empezaron el 11 de diciembre de 1947, dos años después de concluida la II Guerra Mundial. Ese día, los gobiernos de Estados Unidos y Panamá anunciaron que, tras meses de intensas negociaciones, habían firmado el Convenio Filos – Hines que aseguraba la continua operación de 14 de las 134 bases que Estados Unidos había mantenido en Panamá (fuera de la Zona del Canal) desde el año 1942.
El gobierno presidido por Enrique A. Jiménez, había mantenido negociaciones en secreto sobre esta prolongación de bases militares en nuestro territorio; no obstante, obligado por Ley, tuvo que adelantar a la opinión pública que el convenio sería sometido a la Asamblea Nacional de Panamá antes de terminar el año. Este equivocado criterio del presidente Jiménez lo sustentaba en que no habría problemas para su aprobación debido a que contaba con los votos a favor de más de 41 de los 51 diputados.
Sin embargo, los planes del presidente Jiménez fueron desarticulados por las sorpresivas acciones del movimiento estudiantil panameño agrupado en el Frente Patriótico de la Juventud y la Federación de Estudiantes, liderados por el estudiante de derecho Carlos Iván Zúñiga.
El viernes 12 de diciembre de 1947, los estudiantes en una acción patriótica sin precedentes hicieron un llamado a huelga y una manifestación pública. Estos movimientos en las calles terminaron en una batalla campal entre los jóvenes y la policía montada, lo que ocasionó 25 heridos, 24 arrestos y la renuncia del ministro de Educación Max Arosemena.
La presión que ejercieron las abrumadoras manifestaciones y la proximidad de las elecciones en mayo del siguiente año (1948), impuso a los 51 diputados a votar unánimemente en contra del tratado el 22 de diciembre, rechazando por unanimidad el convenio. Por su parte, en 1948 EE. UU. desmanteló todas las bases excepto las de la zona del Canal.
Estados Unidos ofrecía a Panamá unos 2,500 millones de dólares de beneficios, salarios para trabajadores así como negocios y ventas del comercio, sin embargo, mantenía el control y gobierno en todos estos sitios, vulnerando la soberanía sobre el territorio nacional. Este rechazo provocó que Estados Unidos se viera obligado a reacomodar su estrategia de defensa continental y redistribuir a los 1,500 soldados que mantenía en esas bases panameñas.
La movilización contra el Tratado Filós Hines sería uno de los mayores logros históricos del movimiento de la juventud panameña, iniciado en las décadas del 20 y 30 y revitalizado en el año 1945 con el I Congreso Nacional de la Juventud.
Si de repente se siente que hay similitudes en lo que describe el importante hecho histórico del rechazo de los Convenios Filos – Hines con las acciones recientes de rechazo a la minería, no son meras coincidencias. Es eso sí, el resurgimiento del espíritu patriótico de los panameños que nuevamente, después de 76 años, se evidencia en este rechazo minero en donde los sectores populares, los estudiantes, el pueblo y su juventud, una vez más, han jugado un papel fundamental en la defensa de nuestra soberanía nacional.
El autor es periodista, escritor y analista.
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